Como es de conocimiento público, el 22 de diciembre pasado la señora Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, dictó el Decreto 2185/2008 (publicado en el Boletín Oficial el 24/12/08) por el que se declara el año 2009 como el “Año de Homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz” y que el PEN “considera importante resaltar y difundir la labor de quien realizara tan importantes aportes para la defensa del ser nacional” y que Scalabrini “perteneció a un generación que hizo propias las consignas del desarrollo de la industria nacional y la lucha contra el colonialismo dilucidando la historia oficial” mencionando sus principales libros y que “la vida e historia del pensador Raúl Scalabrini Ortiz son un ejemplo a seguir por la ciudadanía argentina”.
Dada entonces la trascendencia de la medida tomada por el Poder Ejecutivo es necesario aclarar a la opinión pública una serie de deformaciones vertidas por el señor Norberto Galasso en el libro que escribiera sobre la vida de Scalabrini Ortiz (publicado en 1970 y reeditado recientemente).
En dicho libro Galasso intenta en numerosas oportunidades dar a entender que Scalabrini tenía presente la ideología marxista cuando realizaba sus investigaciones sobre los capitales británicos (lo que hacen igualmente algunos seguidores de esa teoría). Esa falsa imputación queda terminantemente desmentida por Scalabrini en muchas oportunidades. En el artículo “Los ferrocarriles ingleses hicieron su capital con el esfuerzo de los argentinos”, publicado en la revista “Qué” el 18 de septiembre de 1956 dice textualmente: “Yo entré al estudio de la historia argentina por un atajo que no estaba previsto. Fui directamente, sin ideas preconcebidas, a enterarme del proceso de formación de nuestra economía”. Además, el libro de Galasso estaba prologado por el Dr. Abelardo Ramos, un hombre de izquierda. Dice Ramos en la parte final de su prólogo que Raúl no era marxista, desmintiendo las afirmaciones de Galasso.
Galasso deforma igualmente el papel de los ingleses como fenómeno imperialista en Argentina al señalar en el epílogo del libro “Hoy los ingleses se han ido…”.
Por dichas deformaciones, la esposa de Raúl Scalabrini Ortiz, no solamente no concurrió a la presentación del libro de Galasso, sino que envió al acto una carta aclaratoria para que la leyera el Dr. René Orsi, un seguidor de Scalabrini, y destacado escritor revisionista. Esos mismos conceptos, Mercedes Comaleras de Scalabrini Ortiz los hizo públicos en el periódico “Mayoría” de Capital Federal el 5 de diciembre de 1975, en Cartas al Director:
“En estos días puede verse en muchos de los quioscos del centro de la Capital un folleto titulado Scalabrini Ortiz, correspondiente al N°22 de los cuadernos de una revista mensual. Es un extracto de un libro publicado sobre la vida de mi esposo.
“Si bien el contenido de ese libro, como el del folleto, trata la vida de este gran argentino en un lenguaje preciso, claro y ameno en la mayoría de los temas tratados, el autor, Norberto Galasso, trata, equivocadamente, de dar a entender que Scalabrini se nutrió en el plano ideológico con las ideas de Lenin, Marx o Trotsky. Nada más erróneo. He compartido toda la vida y la lucha de ese extraordinario patriota, conociendo profundamente la totalidad de sus obras, su pensamiento, sus momentos de lucha y sus ideales políticos, por lo que sé perfectamente que su pensamiento se nutrió de ese gran pensamiento nacional que brota de las multitudes argentinas. Por eso estuvo ligado al gran movimiento justicialista que plasmó en los hechos las ideas por las cuales había luchado denodadamente, y a las que defendió hasta su último día, conociendo que la doctrina justicialista, tan alejada de los dos imperialismos que se disputan el dominio del mundo, representa la posibilidad real de la emancipación nacional.
“No se apoyó Scalabrini en conocimiento de doctrinas extrañas, como se intenta confundir en ese trabajo, para interpretar la realidad nacional, sino que realizó esa tarea investigando la problemática argentina.
“No intentó mi esposo formar un partido revolucionario de izquierda ‘comunista nacional o algo semejante…’ porque se sentía totalmente interpretado y consustanciado con la doctrina justicialista.
“Por otro lado, la propia obra de Scalabrini Ortiz desmiente terminantemente la falsa interpretación de ese folleto y de ese libro (como ya he aclarado públicamente en otras oportunidades), no sólo desde el punto de vista ideológico, sino que también del particular enfoque de los imperialismos dominantes en la Argentina, ya que no sólo sufrimos la agresión norteamericana sino que también la inglesa, pero éstos, como a lo largo de toda la vida política argentina, como bien investigara Scalabrini, se movieron sin estridencias, pero obteniendo ventajas de variada índole. Aún hoy para dar sólo dos ejemplos, el Banco de Londres representa la entidad financiera extranjera más poderosa de la Argentina y la Shell, de nefasta acción en el país combaten con todas sus fuerzas al gobierno popular luego de la medida de nacionalización de la comercialización del petróleo.
“Con el convencimiento de haber aclarado un tema de verdadera importancia, saludo al Sr. Director con mi mayor consideración”.
Ahora bien, en cuanto al segundo tema, es de destacar que Galasso en su libro (pág. 562) dice: “Hoy los ingleses se han ido y el imperialismo yanqui sofoca las posibilidades argentinas”. Si bien la segunda afirmación es real, no lo es la primera. Esta desvirtuación de las ideas de Scalabrini queda esclarecida en parte con las palabras de Mercedes Comaleras. Pero debemos hacer presente que al momento de pronunciar Galasso esas palabras, no podía desconocer la presencia de los numerosos intereses británicos en nuestro país, no sólo de la Shell sino de multitud de empresas navieras, agropecuarias, petroquímicas, mineras, frigoríficas, etc., y muchas otras que es necesario investigar, lo mismo que los personaros a su servicio. El Fondo Monetario Internacional, en el Anuario Estadístico de Balance de Pagos (Balance of Payments Statistics Yearbook 2007) destaca que en el año 2006 los ingresos de los cuatro países que obtuvieron mayores ganancias por la remisión de ganancias de sus empresas internacionales distribuidas en el mundo a sus respectivas naciones, estuvo encabezada por EE.UU., 650.454 millones de dólares, seguido por Inglaterra con 445.524 millones de U$S, Alemania 236.026 y Francia 186.163 millones de igual moneda por lo que serían convenientes nuevos estudios que demostrarán el importante papel que han seguido cumpliendo los ingleses en nuestro país, además de la abierta violación al apoderarse no sólo de nuestras Islas Malvinas sino de los recursos pesqueros y las áreas con posibilidades petroleras del sector marino que también usurparon.
Veamos otras deformaciones de Galasso. En el epílogo del libro, en la página 560 puntualiza que “…en sus escritos (se refiere a Scalabrini) vibra una honda fe por esos trabajadores morenos del gran Buenos Aires, a cuyo lado estuvo un glorioso 17 de octubre. Por eso carecía de resquemor al auténtico marxismo. Por eso leía y citaba a Marx, Lenin y Trotsky…”.
Como en muchas otras afirmaciones de su libro, junta verdades con mentiras. Es verdad que Scalabrini apoyó calurosamente el 17 de Octubre de 1945 y escribió en su libro “Tierra sin nada, tierra de profetas” (Tomo II de las obras completas, Fundación Editorial Ross, Rosario, 2008), una de las páginas más conmovedoras y reales del acontecimiento que cambiaría el modelo de desarrollo político, económico y social de la Argentina. Decía Scalabrini sobre ese día histórico (págs. 243-244) que: “Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el substrato de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulo. Era el de nadie y el sin nada, en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía”. (No vivaban a Marx, Lenin ni Trotsky. No fue una gesta marxista. ¡Lo vivaban a Perón! Y entre ellos estaba Scalabrini). Agrega Scalabrini: “Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años, estaba allí presente, corpóreo, tenso, multifacético, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creía verlo”.
Dice también Galasso sobre Scalabrini:
“Su nacionalismo democrático giró a veces profundamente a la izquierda, especialmente en los años del peronismo…y que en esa época, creyó conveniente formar un partido de izquierda… Lo que importa ahora, sin embargo, a casi una década de su muerte, no es arrodillarse ante su pensamiento congelado, ni rastrear en sus libros una media frase para justificar las ideas de hoy. Lo que interesa es aprovechar al máximo su lección de que toda ideología –y especialmente una ideología revolucionaria como el marxismo- debe aplicarse a una realidad concreta que es necesario conocer profundamente. Esta es la lección más perdurable de Scalabrini Ortiz”.
Aquí muestra el señor Galasso el sector ideológico al que pertenece y en el que quiere introducir a este pensador nacional, intentando ligarlo con el grupo universitario Insurrexit, de tendencia marxista que, según Galasso, hubiera influido con posterioridad en su obra. Sin embargo, esta calumnia queda desmentida por el propio Scalabrini que en su libro “El Hombre que está solo y espera”, publicado en 1931, puntualiza, en la Sección “Libreta de Apuntes”, que: “Hay una lucha enorme ya planteada y entablada entre dos gigantescas potencias materialistas: EE.UU. y la Rusia Soviética. Ninguna de las dos tiene una migaja de espíritu. Rusia lo perdió al iniciar el bolcheviquismo. La rebelión era el espíritu ruso. Ahora se les acabó el misticismo. Nosotros debemos abstenernos…”. (¿Dónde está entonces la influencia del grupo Insurrexit?). Pero las falsas imputaciones de Galasso quedan también desvirtuadas por otras afirmaciones del propio Scalabrini Ortiz (“Bases para la Reconstrucción Nacional”). Dice Scalabrini:
“El realismo económico que propiciábamos en FORJA comenzó a ser desprestigiado como sospechoso de izquierdismo comunizante. Ahora, un cuarto de siglo más tarde, ha vuelto a insinuarse esa misma tendencia.
“Algún día, quizás, podré detallar la lucha decidida, tenaz, a veces violenta, y con frecuencia sangrienta, que los americanos del norte sostuvieron contra los capitales extranjeros que se infiltraron en el campo norteamericano a pesar de sus legislaciones proteccionistas. Esa historia servirá como enseñanza para defendernos de ellos mismos y de las artimañas británicas. Y servirá, asimismo, para desenmascarar a los prevaricadores y mercenarios que procuran confundir a la opinión pública e intimidar y desalentar a los que defienden los intereses nacionales con la acusación de que actitudes semejantes son manifestaciones de totalitarismo o de nacionalismo exagerados, o rastros a veces inconscientes de influencias marxistas…
“Al impulso de las más bajas pasiones se desencadenó un maremoto de infamias, dicterios, acusaciones y calumnias, en que los más probos ciudadanos que habían prestado su colaboración desinteresada iban entreverados con los malandrines, aprovechadores y publícanos que en ningún régimen faltan, como no faltaron en el transcurso de la tiranía arambururrojista.
“Para la maledicencia, el autor fue sucesivamente un instrumento del oro ruso, del oro yanqui y del oro nazi, y cada vez que se detuvo por imperativo de la necesidad cotidiana o por no tener materialmente dónde publicar sus trabajos, se dijo que había sido doblegado por el oro británico”.
Indica también Galasso en el epílogo de su libro (pág. 562) que “Hoy el proletariado se moviliza y el líder exiliado en Madrid reconoce que ‘el mundo marcha hacia el socialismo’”. De esto se deduce que Galasso no sólo ha intentado deformar la pertenencia ideológica de Scalabrini sino que también intenta poner en su sector ideológico nada menos que al General Perón, el creador de la Tercera Posición, el notable presidente que levantó las tres banderas irrenunciables del Justicialismo, el hombre que llevó a la práctica los actos trascendentes a favor de la justicia social, el desarrollo industrial y de servicios del país, la soberanía política y tantas otras acciones más a favor de los intereses nacionales.
Dada entonces la trascendencia de la medida tomada por el Poder Ejecutivo es necesario aclarar a la opinión pública una serie de deformaciones vertidas por el señor Norberto Galasso en el libro que escribiera sobre la vida de Scalabrini Ortiz (publicado en 1970 y reeditado recientemente).
En dicho libro Galasso intenta en numerosas oportunidades dar a entender que Scalabrini tenía presente la ideología marxista cuando realizaba sus investigaciones sobre los capitales británicos (lo que hacen igualmente algunos seguidores de esa teoría). Esa falsa imputación queda terminantemente desmentida por Scalabrini en muchas oportunidades. En el artículo “Los ferrocarriles ingleses hicieron su capital con el esfuerzo de los argentinos”, publicado en la revista “Qué” el 18 de septiembre de 1956 dice textualmente: “Yo entré al estudio de la historia argentina por un atajo que no estaba previsto. Fui directamente, sin ideas preconcebidas, a enterarme del proceso de formación de nuestra economía”. Además, el libro de Galasso estaba prologado por el Dr. Abelardo Ramos, un hombre de izquierda. Dice Ramos en la parte final de su prólogo que Raúl no era marxista, desmintiendo las afirmaciones de Galasso.
Galasso deforma igualmente el papel de los ingleses como fenómeno imperialista en Argentina al señalar en el epílogo del libro “Hoy los ingleses se han ido…”.
Por dichas deformaciones, la esposa de Raúl Scalabrini Ortiz, no solamente no concurrió a la presentación del libro de Galasso, sino que envió al acto una carta aclaratoria para que la leyera el Dr. René Orsi, un seguidor de Scalabrini, y destacado escritor revisionista. Esos mismos conceptos, Mercedes Comaleras de Scalabrini Ortiz los hizo públicos en el periódico “Mayoría” de Capital Federal el 5 de diciembre de 1975, en Cartas al Director:
“En estos días puede verse en muchos de los quioscos del centro de la Capital un folleto titulado Scalabrini Ortiz, correspondiente al N°22 de los cuadernos de una revista mensual. Es un extracto de un libro publicado sobre la vida de mi esposo.
“Si bien el contenido de ese libro, como el del folleto, trata la vida de este gran argentino en un lenguaje preciso, claro y ameno en la mayoría de los temas tratados, el autor, Norberto Galasso, trata, equivocadamente, de dar a entender que Scalabrini se nutrió en el plano ideológico con las ideas de Lenin, Marx o Trotsky. Nada más erróneo. He compartido toda la vida y la lucha de ese extraordinario patriota, conociendo profundamente la totalidad de sus obras, su pensamiento, sus momentos de lucha y sus ideales políticos, por lo que sé perfectamente que su pensamiento se nutrió de ese gran pensamiento nacional que brota de las multitudes argentinas. Por eso estuvo ligado al gran movimiento justicialista que plasmó en los hechos las ideas por las cuales había luchado denodadamente, y a las que defendió hasta su último día, conociendo que la doctrina justicialista, tan alejada de los dos imperialismos que se disputan el dominio del mundo, representa la posibilidad real de la emancipación nacional.
“No se apoyó Scalabrini en conocimiento de doctrinas extrañas, como se intenta confundir en ese trabajo, para interpretar la realidad nacional, sino que realizó esa tarea investigando la problemática argentina.
“No intentó mi esposo formar un partido revolucionario de izquierda ‘comunista nacional o algo semejante…’ porque se sentía totalmente interpretado y consustanciado con la doctrina justicialista.
“Por otro lado, la propia obra de Scalabrini Ortiz desmiente terminantemente la falsa interpretación de ese folleto y de ese libro (como ya he aclarado públicamente en otras oportunidades), no sólo desde el punto de vista ideológico, sino que también del particular enfoque de los imperialismos dominantes en la Argentina, ya que no sólo sufrimos la agresión norteamericana sino que también la inglesa, pero éstos, como a lo largo de toda la vida política argentina, como bien investigara Scalabrini, se movieron sin estridencias, pero obteniendo ventajas de variada índole. Aún hoy para dar sólo dos ejemplos, el Banco de Londres representa la entidad financiera extranjera más poderosa de la Argentina y la Shell, de nefasta acción en el país combaten con todas sus fuerzas al gobierno popular luego de la medida de nacionalización de la comercialización del petróleo.
“Con el convencimiento de haber aclarado un tema de verdadera importancia, saludo al Sr. Director con mi mayor consideración”.
Ahora bien, en cuanto al segundo tema, es de destacar que Galasso en su libro (pág. 562) dice: “Hoy los ingleses se han ido y el imperialismo yanqui sofoca las posibilidades argentinas”. Si bien la segunda afirmación es real, no lo es la primera. Esta desvirtuación de las ideas de Scalabrini queda esclarecida en parte con las palabras de Mercedes Comaleras. Pero debemos hacer presente que al momento de pronunciar Galasso esas palabras, no podía desconocer la presencia de los numerosos intereses británicos en nuestro país, no sólo de la Shell sino de multitud de empresas navieras, agropecuarias, petroquímicas, mineras, frigoríficas, etc., y muchas otras que es necesario investigar, lo mismo que los personaros a su servicio. El Fondo Monetario Internacional, en el Anuario Estadístico de Balance de Pagos (Balance of Payments Statistics Yearbook 2007) destaca que en el año 2006 los ingresos de los cuatro países que obtuvieron mayores ganancias por la remisión de ganancias de sus empresas internacionales distribuidas en el mundo a sus respectivas naciones, estuvo encabezada por EE.UU., 650.454 millones de dólares, seguido por Inglaterra con 445.524 millones de U$S, Alemania 236.026 y Francia 186.163 millones de igual moneda por lo que serían convenientes nuevos estudios que demostrarán el importante papel que han seguido cumpliendo los ingleses en nuestro país, además de la abierta violación al apoderarse no sólo de nuestras Islas Malvinas sino de los recursos pesqueros y las áreas con posibilidades petroleras del sector marino que también usurparon.
Veamos otras deformaciones de Galasso. En el epílogo del libro, en la página 560 puntualiza que “…en sus escritos (se refiere a Scalabrini) vibra una honda fe por esos trabajadores morenos del gran Buenos Aires, a cuyo lado estuvo un glorioso 17 de octubre. Por eso carecía de resquemor al auténtico marxismo. Por eso leía y citaba a Marx, Lenin y Trotsky…”.
Como en muchas otras afirmaciones de su libro, junta verdades con mentiras. Es verdad que Scalabrini apoyó calurosamente el 17 de Octubre de 1945 y escribió en su libro “Tierra sin nada, tierra de profetas” (Tomo II de las obras completas, Fundación Editorial Ross, Rosario, 2008), una de las páginas más conmovedoras y reales del acontecimiento que cambiaría el modelo de desarrollo político, económico y social de la Argentina. Decía Scalabrini sobre ese día histórico (págs. 243-244) que: “Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el substrato de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulo. Era el de nadie y el sin nada, en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía”. (No vivaban a Marx, Lenin ni Trotsky. No fue una gesta marxista. ¡Lo vivaban a Perón! Y entre ellos estaba Scalabrini). Agrega Scalabrini: “Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años, estaba allí presente, corpóreo, tenso, multifacético, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creía verlo”.
Dice también Galasso sobre Scalabrini:
“Su nacionalismo democrático giró a veces profundamente a la izquierda, especialmente en los años del peronismo…y que en esa época, creyó conveniente formar un partido de izquierda… Lo que importa ahora, sin embargo, a casi una década de su muerte, no es arrodillarse ante su pensamiento congelado, ni rastrear en sus libros una media frase para justificar las ideas de hoy. Lo que interesa es aprovechar al máximo su lección de que toda ideología –y especialmente una ideología revolucionaria como el marxismo- debe aplicarse a una realidad concreta que es necesario conocer profundamente. Esta es la lección más perdurable de Scalabrini Ortiz”.
Aquí muestra el señor Galasso el sector ideológico al que pertenece y en el que quiere introducir a este pensador nacional, intentando ligarlo con el grupo universitario Insurrexit, de tendencia marxista que, según Galasso, hubiera influido con posterioridad en su obra. Sin embargo, esta calumnia queda desmentida por el propio Scalabrini que en su libro “El Hombre que está solo y espera”, publicado en 1931, puntualiza, en la Sección “Libreta de Apuntes”, que: “Hay una lucha enorme ya planteada y entablada entre dos gigantescas potencias materialistas: EE.UU. y la Rusia Soviética. Ninguna de las dos tiene una migaja de espíritu. Rusia lo perdió al iniciar el bolcheviquismo. La rebelión era el espíritu ruso. Ahora se les acabó el misticismo. Nosotros debemos abstenernos…”. (¿Dónde está entonces la influencia del grupo Insurrexit?). Pero las falsas imputaciones de Galasso quedan también desvirtuadas por otras afirmaciones del propio Scalabrini Ortiz (“Bases para la Reconstrucción Nacional”). Dice Scalabrini:
“El realismo económico que propiciábamos en FORJA comenzó a ser desprestigiado como sospechoso de izquierdismo comunizante. Ahora, un cuarto de siglo más tarde, ha vuelto a insinuarse esa misma tendencia.
“Algún día, quizás, podré detallar la lucha decidida, tenaz, a veces violenta, y con frecuencia sangrienta, que los americanos del norte sostuvieron contra los capitales extranjeros que se infiltraron en el campo norteamericano a pesar de sus legislaciones proteccionistas. Esa historia servirá como enseñanza para defendernos de ellos mismos y de las artimañas británicas. Y servirá, asimismo, para desenmascarar a los prevaricadores y mercenarios que procuran confundir a la opinión pública e intimidar y desalentar a los que defienden los intereses nacionales con la acusación de que actitudes semejantes son manifestaciones de totalitarismo o de nacionalismo exagerados, o rastros a veces inconscientes de influencias marxistas…
“Al impulso de las más bajas pasiones se desencadenó un maremoto de infamias, dicterios, acusaciones y calumnias, en que los más probos ciudadanos que habían prestado su colaboración desinteresada iban entreverados con los malandrines, aprovechadores y publícanos que en ningún régimen faltan, como no faltaron en el transcurso de la tiranía arambururrojista.
“Para la maledicencia, el autor fue sucesivamente un instrumento del oro ruso, del oro yanqui y del oro nazi, y cada vez que se detuvo por imperativo de la necesidad cotidiana o por no tener materialmente dónde publicar sus trabajos, se dijo que había sido doblegado por el oro británico”.
Indica también Galasso en el epílogo de su libro (pág. 562) que “Hoy el proletariado se moviliza y el líder exiliado en Madrid reconoce que ‘el mundo marcha hacia el socialismo’”. De esto se deduce que Galasso no sólo ha intentado deformar la pertenencia ideológica de Scalabrini sino que también intenta poner en su sector ideológico nada menos que al General Perón, el creador de la Tercera Posición, el notable presidente que levantó las tres banderas irrenunciables del Justicialismo, el hombre que llevó a la práctica los actos trascendentes a favor de la justicia social, el desarrollo industrial y de servicios del país, la soberanía política y tantas otras acciones más a favor de los intereses nacionales.
Finalmente, es necesario destacar la carta que el General Perón le enviara a la viuda de Scalabrini desde Ciudad Trujillo, con fecha 5 de julio de 1959, que dice lo siguiente:
“Mi estimada Señora:
A pesar de haber encargado a algunos de mis compañeros que me hicieran espiritualmente presente en el acto de sepelio de su ilustre esposo, deseo hacerle llegar mi homenaje, mi recuerdo y mi más sentido pésame por la desaparición de este gran argentino.
Los que hemos luchado por los ideales que inspiraron la vida de Scalabrini Ortiz no podremos olvidarlo, como no lo olvidarán las generaciones de argentinos que escucharon sus enseñanzas y lucharán por hacerlas triunfar en el tiempo y el espacio.
Dios ha de acogerlo en la gloria que su gran espíritu conquistó y nosotros hemos de honrar su memoria y su amistad.
Le ruego quiera aceptar, con la expresión de mi mayor afecto, mi más afectuoso saludo y consideración.
Juan Domingo Perón”.
El artículo 3° del Decreto 2185/2008 de la Sra. Presidenta de la Nación disponiendo el homenaje a Scalabrini dice: “En orden a lo establecido en el artículo 1° del presente, el PODER EJECUTIVO NACIONAL, auspiciará actividades, seminarios, conferencias y programas educativos que contribuyan a la difusión en el país de la trayectoria pública de Raúl SCALABRINI ORTIZ, para valorizar aquellos hombres excepcionales que contribuyeron con el pensamiento nacional”.
Estas aclaraciones tienen la finalidad de contribuir a la difusión del pensamiento real y de las enseñanzas de Raúl Scalabrini Ortiz, que por otro lado están expresadas en sus numerosas publicaciones.
Dr. Jorge Scalabrini Ortiz.
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