martes, 29 de enero de 2008

3 DE FEBRERO DE 1852: NI OLVIDO NI PERDON...

Podríamos injuriar con total razón a Justo José de Urquiza, por haberse vendido a las finanzas inglesas y a la diplomacia luso-brasileña y masónica para que su triunfo en la batalla de Caseros, aquel 3 de Febrero de 1852, signifique la derrota categórica del Estado Nación que con denodado esfuerzo preservó el Restaurador de las Leyes hasta entonces. Podríamos abundar en riquísimos -y penosos- detalles acerca de los manejos oscuros, turbios, que precedieron y sucedieron al combate. Sin dudarlo, la expulsión de Juan Manuel de Rosas del gobierno de la Confederación Argentina evidenció la cantidad de traidores que se mantuvieron agazapados, a la espera de poder arruinar los destinos de la Patria, tal vez, para siempre.

¿Qué hizo Juan Manuel de Rosas luego de echada la suerte de la Patria en Caseros? No se trató, como muchos argumentan por allí, que Rosas actuó con cobardía, como "abandonando a los suyos" a la suerte de la Provindencia, sino que evitó caer en algún espectáculo judicial a manos de los villanos. En segundo lugar, tendríamos que decir que el Restaurador de las Leyes era, para Inglaterra, más peligroso 'suelto' en los confines de la Confederación Argentina que detenido o exiliado en el propio imperio británico. Acá hay que advertir la habilidad diplomática inglesa, resuelta a "darle una mano" a Rosas pero a cambio, obviamente, de tenerlo bien controlado, no vaya a ser que vuelva a representar un peligro para sus intereses imperiales de ultramar. Un tercer factor surge de un hecho que pocos parecen recordar, y es que Juan Manuel de Rosas buscando el exilio resguardó su prolífica documentación, la misma que permitió el surgimiento de la corriente historiográfica del revisionismo. Incluso el patriota, antes de efectuarse la batalla de Caseros, se empeñó en organizar sus vastísimos papeles de gobierno, colocándolos en cajones y poniéndolos a salvo de los infames traidores que, si los hubiesen hallado, los habrían de quemar para tapar el patriotismo de aquel gobierno que acababan de tumbar. Nada más gratificante, pues, para los que intentamos buscar a nuestros genuinos próceres nacionales; observemos cuánto le debemos, incluso en esos momentos amargos, a Juan Manuel de Rosas, para quien el juicio de Dios y de la Historia valía más que dejar todo librado al azar.

Ni una imagen se conserva en Internet del sitio donde tuvo lugar la rendición de la Patria. Nos referimos al "Hueco de los Sauces", hoy denominado Plaza Juan de Garay, en el barrio porteño de Constitución. Hay allí, en cambio, una placa -la única- dedicada a Eva Duarte de Perón, que es como si no estuviera, pues aparte de estar sucia y casi ininteligible tiene signos de haber sido palanqueada para su robo. Así se interesan por la cultura los "representantes del pueblo"... Allí fue, decíamos, donde el Brigadier General Juan Manuel de Rosas se detuvo a descansar tras 3 jornadas sin dormir, para redactar su renuncia. Dicho documento, lleno de gallardía, lo escribió apoyando un trozo arrugado de papel sobre el lomo del caballo que llevaba consigo; acompañaban ese histórico momento su secretario Lorenzo López. Únicamente lo resguardaba la sombra de un viejo ombú del "Hueco de los Sauces". Herido en el pulgar de la mano derecha, el Restaurador de las Leyes escribía lo que sigue:

"Señores Representantes: Creo haber llenado mi deber como todos los Señores Representantes, nuestros conciudadanos, los verdaderos federales y mis compañeros de armas. Si más no hemos hecho en sostén sagrado de nuestra independencia, de nuestra integridad, y nuestro honor, es porque no hemos podido. Permitidme, Honorables Representantes, que al despedirme de vosotros reitere el profundo agradecimiento con que os abrazo tiernamente y ruego a Dios por la gloria de V.H., de todos y cada uno de vosotros. Herido en la mano derecha y en el campo, perdonad que escriba con lápiz y de una letra trabajosa. Dios guarde a V.H."


Para cerrar este posteo simple, justiciero y humilde, vertimos algunos conceptos que expresó en una conferencia Jorge Luna Valdés en el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas el 20 de Setiembre de 1940. En ella intenta dar algunos fundamentos de por qué no se ha inculcado a la sociedad que el gaucho "Martín Fierro" es la representación más pura de la argentinidad, de la nacionalidad. Nosotros creemos, desde la Agrupación Patriótica AURORA, que la infame y vil traición del 3 de Febrero de 1852 ayudó a quitarles a los connacionales sus arquetipos, sus mayores representantes histórico-culturales, su verdadera identidad criolla, católica e hispana. No la ha derrotado definitivamente, aclaremos, pero la ha diezmado gravemente desde entonces:

(...)

"Nos ha probado [la teoría] que las raíces de nuestra historia son Roma y la España imperial católica, y la que se enseña en el país, con especial ternura, es la de Francia, su revolución, su liberalismo. Esto contribuye seriamente a que la juventud viva en el vacío y la confusión.

"Se explica así la creencia de que Martín Fierro fué una creación espontánea de nuestras campañas, que él vive solamente en la poesía gaucha que lo interpretó. Y en medio de esta bulla de progreso, civilización, fraternidad con todo lo del mundo menos con lo nuestro, no es raro que el insigne personaje resulte a muchos "exótico".

(...)

"En la pampa hizo del escudo un poncho y de la espada un facón.

"Rodeado de policías, en peligro inminente de ser muerto, su ciencia atávica de lucha acude a él desde el fondo de los siglos".

(...)



Viñeta de Rosas publicado en la 4ta. página de "La Gaceta Mercantil" correspondiente al nº 3939 del miércoles 27 de julio de 1836.

lunes, 21 de enero de 2008

SOBRE EL COPAMIENTO DEL REGIMIENTO 3 DE INFANTERIA DE LA TABLADA POR ELEMENTOS SUBVERSIVOS

Plano del Regimiento 3 de Infantería e indicaciones de los atacantes y de quienes lo recuperaron.


Cierta vez, un ex jefe del desaparecido Regimiento 3 de Infantería ubicado en la localidad bonaerense de La Tablada nos decía que la fecha escojida para el copamiento fue azarosa, que bien pudo haber sido algunos años antes o algunos años después a 1989, pero que sí o sí una acción de tal magnitud iba a ocurrir.

La idea, nos señaló este ex oficial del Ejército Argentino, era que ni bien regresara clandestino al país, Enrique "gungo" Gorriarán Merlo debía ser ajusticiado o, como segunda opción, detenido. Hay que recordar que el delincuente subversivo Gorriarán Merlo se mantuvo por aquellos años prófugo de la justicia local, mientras realizaba "trabajos" para organizaciones marxistas del continente americano, como por ejemplo el asesinato del ex presidente de Nicaragua, el liberal Anastacio "tachito" Somoza, hacia 1980 en Paraguay.

Sin embargo, y por esas cosas del destino, quien todo esto nos contaba se retiró del Ejército y no pudo ver cumplido el objetivo de acabar con la vida de Enrique Gorriarán Merlo...Y luego sucedió el copamiento del Regimiento 3 de Infantería, tal como él se lo había imaginado que tendría lugar.

Otro uniformado nos indicó, al mismo tiempo, que cuando los delincuentes terroristas se rendían pudieron verlo a Gorriarán Merlo desalineado y con su ropa hecha jirones, junto a los demás, arriba de un camión del Ejército, mientras le gritaban de todo. Misteriosamente, el gobierno del masón y socialdemócrata Raúl Ricardo Alfonsín no lo vigiló y se les escapó… Será recién en 1995 que detienen a Enrique Haroldo Gorriarán Merlo cuando se encontraba, otra vez prófugo de la ley, en tierras mexicanas.




En esta imagen, de la publicación "Gente", puede verse parte del camión de la empresa "Coca-Cola" que fue empleado por los delincuentes subversivos para irrumpir en el predio del Regimiento 3 de Infantería del Ejército. En primer plano, creemos que se trata del soldado conscripto que fue arrollado por el rodado y que se encontraba apostado como guardia de la entrada principal del cuartel.



El ex Juventud Radical y por entonces columnista del periódico “El Informador Público”, Guillermo Cherashny, publicó una editorial el 13 de Enero de 1989 –diez días antes del copamiento subversivo- cuyo título era “EL ERP Y LA COORDINADORA”. En el libro “El Coti. Biografía No Autorizada de Enrique Nosiglia” se lee lo siguiente respecto a lo que escribió el periodista Cherashny: “Allí decía [en la editorial] que un sector del ERP liderado por Gorriarán Merlo y la Junta Coordinadora Nacional de la UCR Capital –que lideraba Nosiglia- habían alcanzado un “acuerdo táctico”. En el mismo artículo, señalaba que Gorriarán había invertido un millón de dólares en un diario de centroizquierda. No aclaraba que era Página/12, pero se intuía. A la semana siguiente, el 20 de enero, Cherashny volvió a la carga con la presunta alianza entre el MTP y la Coordinadora. En su columna afirmaba que Nosiglia les había pedido a los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y Seineldín. Cherashny también escribió sobre un encuentro entre Nosiglia y los dirigentes del MTP Felicetti y Provenzano a fines de diciembre, en la confitería Paladium”…

Desatados los hechos, la investigación periodística sobre el copamiento del Regimiento 3 de Infantería arrojó información muy sensible que, en más de un sentido, hablan a las claras de la relación que existió entre importantes miembros del MTP (Movimiento Todos por la Patria) y el gobierno de la UCR alfonsinista. Una prueba de ello es el amigo del también masón Enrique “coti” Nosiglia, Francisco “pancho” Provenzano.


¿Cómo fue el final de Provenzano?

Un ex militante del MTP que brindó su testimonio para una obra titulada “Gorriarán, La Tablada y las guerras de inteligencia en América Latina”, decía lo que sigue: “En noviembre de 1988, Pancho Provenzano recibió un informe reservado de la empresa petrolera Bridas, tal como venía sucediendo habitualmente, ya que teníamos una adherente que tenía acceso a ese material reservado. Allí se pronosticaba un inminente estallido social y preveía que los carapintadas buscarían encaramarse en el seno del Ejército, lo cual a su vez condicionaría aún más al debilitado gobierno de Alfonsín”.

Por todos es conocido que la empresa Bridas, de los hermanos Bulgheroni, fue ampliamente beneficiada durante el liberal Proceso de Reorganización Nacional y por la administración de Raúl Ricardo Alfonsín Foulkes. Y que, por intermedio de una ‘infiltrada’ en dicha empresa, se le hacía pasar a Francisco Javier “pancho” Provenzano información sobre la luego jamás comprobada “acción golpista” del sector ‘carapintada’ del Ejército Argentino.

Provenzano fue uno de los delincuentes que copó el cuartel de La Tablada el 23 de Enero de 1989, pero luego, cuando las circunstancias se pusieron pesadas, él salió caminando y se rindió. De casi 60 subversivos que tomaron el regimiento, solamente sobrevivieron 16, entre ellos dos mujeres. Dice el libro sobre la biografía no autorizada de Enrique “coti” Nosiglia: “Según distintos testimonios, “Pancho” se rindió con el grupo que comandaba. Cuando todos estaban en el piso, comenzaron a preguntar: “¿Quién es Pancho?”. Como nadie hablaba, unos oficiales empezaron a castigar a los rendidos. Fue cuando Provenzano dijo: “Yo soy Pancho”. Y se lo llevaron. Sus ex compañeros juran que oyeron sus gritos como si lo estuvieran torturando. Nunca más regresó”. Sin embargo, serían sus radiografías de la columna vertebral, anticipadamente conservadas por su hermano Sergio Provenzano, los que le permitirían hallar su cadáver tiempo después en la Morgue Judicial. Las autopsias dieron como resultado que “Pancho” Provenzano presentaba quemaduras como si fueran como consecuencia de una granada que le estalló a medio metro de distancia, o como si lo hubiesen incinerado entre neumáticos. Jamás Raúl Ricardo Alfonsín se pronunció al respecto, mucho menos Enrique “coti” Nosiglia…



Miembros de la cúpula subversiva del MTP. De izquierda a derecha: Jorge Baños, Francisco Javier "pancho" Provenzano -el muy amigo de Enrique "coti" Nosiglia- y el Fray Antonio Puigjané. Sobre éste último habría que agregar que en los años 70 era un gran colaborador del obispo tercermundista Enrique Angelelli...



El hermano de Francisco Javier “pancho” Provenzano, Sergio, médico de profesión, casi un mes más tarde de sucedido el copamiento, encontró una carta de Francisco en donde le daba a entender, con sorprendente vaticinio, sobre su misterioso final:

“Querido Sergio: Te tenía fe que lo ibas a encontrar. Perdoná pero esta máquina no la arreglaron nunca. Sabía que no dormirías hasta entender. Claudia está ciega y sólo escucha a Gorriarán. Mi información no me permite disuadirla, aceptó dejarte todo lo que quería incluso Irene tan segura está. Para mí Gorriarán arregló por arriba entre los servicios. Si hay lío no me haré matar tontamente y además puedo aclarar las cosas, ellos lo saben y no creo que me dejen vivo. Es posible que me quieran dar por desaparecido. Acordate de mi columna, estás acostumbrado.

“Dejé todo lo que quería además del reloj y mi billetera. Después de este favor te prometo no joderte más. Pancho”.


La identificación de muertos y detenidos, secuestro de documentación, armamento y munición utilizada -en su mayoría de origen ruso y chino- y gran cantidad de bibliografía y material ideológico capturado a los subversivos, permitieron determinar fehacientemente que el grupo, integrado en su mayoría por el Movimiento Todos por la Patria (MTP), era un desprendimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), liderado por Enrique Haroldo Gorriarán Merlo y con la participación, en este operativo, de elementos pertenecientes a las siguientes organizaciones: Partido de la Liberación (PL), Movimiento de Liberación 29 de Mayo (ML-29) y Montoneros (Columna Sur-Oeste).

No es nuestra intención ponernos a demostrar que los forajidos fueron mandados a la acción criminal, incluso, por el Ministerio del Interior de Cuba. Acá queremos recordar a los uniformados que dieron su vida por la defensa de la institución, como por todos aquellos que fueron heridos o que entraron en combate y salieron ilesos. He insistimos, señores: este hecho ocurrió en plena democracia. ¿Y los autores materiales e intelectuales del mismo? Bien, gracias…




El Mayor Horacio Fernández Cutiellos en familia. Después arriesgaría su vida en defensa de su Patria y contra la delincuencia subversiva marxista.




IN MEMORIAN

EJERCITO ARGENTINO

Mayor Horacio Fernández Cutiellos

Teniente Ricardo Alberto Rolón

Sargento Ayudante Ricardo Raúl Esquivel

Sargento Ramón Wladimiro Orué

Cabo Primero José Gustavo Albornoz

Soldado Conscripto Julio Domingo Grillo

Soldado Conscripto Roberto Tadeo Taddia

Soldado Conscripto Leonardo Díaz

Soldado Conscripto Héctor Cardozo


POLICIA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Comisario Inspector Emilio García García

Sargento José Manuel Soria



lunes, 14 de enero de 2008

A PROPOSITO DE LA INVASION INGLESA A MALVINAS EN ENERO DE 1833...

Capitán de Navío Felipe Ruiz Puente, primer gobernador de las islas Malvinas (Publicación "Doctrina", años 80)


Cuando en noviembre del último año hemos estado presentes en la localidad de Obligado para conmemorar el Día de la Soberanía Nacional, en el único discurso que se leyó para la ocasión, uno de sus tramos decía lo siguiente:

"(...) Hoy como ayer, nuestra Patria hace sonar el clarín del honor y demanda de sus hijos su defensa, no ya con el cañón o el fusil, sino con las ideas en defensa de nuestra soberanía, nuestras raíces y nuestra cultura, porque el enemigo no usa cañón, ni bandera. Se mimetiza entre nosotros y declama su amor por la Patria, pero solo busca su derrota. Es mucho más sutil, va por la destrucción de la moral de la patria, carcome su espíritu, deprimiendo colectivamente a su pueblo (...) Ya que los pueblos, no son conquistados desde fuera hasta que se auto destruyen desde dentro"...

Estas palabras tan ciertas sirven para corroborar la actitud gubernamental de olvidar que el 3 de Enero pasado se volvió a cumplir un nuevo aniversario de la usurpación británica de las Islas Malvinas. La omisión, que dicho sea de paso es gravísima, muestra a las claras que a la sociedad argentina hay que hacerle olvidar de a poco aquellos acontecimientos que escindieron su original territorio, el mismo que heredamos de España. Porque más allá de explicar ante los foros internacionales como las Naciones Unidas que las islas Malvinas son argentinas -vale decir que las Naciones Unidas es una invención llena de intereses inconfesables-, al que jamás hay que hacerle perder su memoria colectiva, cultural y nacional es al pueblo. Y por eso le tienden malas jugadas como el de la desmemoria, para traicionarlo, bastardearlo y entregarlo al festín de los poderosos especuladores.

Desde la Agrupación Patriótica AURORA nos gusta refutar la historia argentina, por ello extraemos de la obra madre del Revisionismo Histórico, “La Historia de la Confederación Argentina”, de Adolfo Saldías, la parte donde de manera irrefutable el autor nos habla acerca de los derechos nacionales inalienables sobre las islas Malvinas, cuya herencia nos fue cedida por España, como hemos dicho anteriormente. Dice así:

(…)

“Aunque no sea de grande importancia para la existencia del derecho la cuestión de averiguar cuál fue la primera nación que descubrió las islas Malvinas, es un hecho innegable que Fernando de Magallanes al servicio de España, y quien dio su nombre al Estrecho, fue el primero que llegó a esas regiones a mediados de 1520; y el que sin duda visitó las Malvinas y practicó allí las ceremonias que se usaban en homenaje al soberano cuyos buques hacían el descubrimiento. En pos de Magallanes, penetró en el Estrecho ocho años después Loisa, al servicio también de la España (…) Navegantes al servicio de otras naciones llegaron posteriormente a estas regiones, y se limitaron a tomar noticias de ellas sin ejercer actos que acreditasen la posesión ante el derecho de las naciones; con tanto menor motivo cuanto que por más de un siglo la navegación del Pacífico se hizo por los estrechos; y esta navegación estaba en poder de España como que ésta era la dueña exclusiva de Chile y del Perú. (…) Los ingleses atribuyeron a Drake el descubrimiento del Cabo de Hornos en 1578 (…) [Esto] es muy aventurado e incierto, si se tiene en cuenta que 196 años después, el capitán Cook en su segundo viaje de exploración por el año de 1774, no tenía idea exacta acerca de la configuración del cabo, y no sabía si éste formaba parte de la Tierra del Fuego”…

(…)

“Averiguando así el punto referente al primer descubrimiento, y resuelto a la luz de los hechos y de los testimonios, que este título –caso que se pudiera hacer valer,- no favorece de modo alguno a la Gran Bretaña, queda a estudiarse el punto fundamental de la ocupación formal de las Malvinas desde el año de 1764 adelante, y la disputa entre España e Inglaterra; esto es, un título real, el de la primera posesión. (…) Mr. Luis Antonio de Bougainville, capitán de navío de la marina francesa, fue el primer fundador de una colonia en las Malvinas. El rey Luis XV le confió el mando y dirección de una expedición destinada a ese objeto”…

(…)

“Pero cuando España tuvo conocimiento de esto, reclamó las islas Malvinas como suyas. El rey de Francia tuvo a bien reconocerle sus derechos, y en consecuencia comisionó al mismo Mr. de Bougainville para que procediera a la entrega formal de las islas, lo que verificó éste en 1767. Empero la España respetó el título del primer ocupante que tenía el gobierno francés, y negoció la entrega a la colonia que fundara Mr. de Bougainville, mediante el pago de una fuerte suma que entregó como precio de dicho establecimiento, según se comprueba por el recibo en forma que suscribió Mr. de Bougainville en 4 de octubre de 1766”…

En un llamado a pie de página, Saldías da las pruebas concluyentes del dinero desembolsado para que España, legítimamente, tuviera los derechos sobre las islas Malvinas en 1767:

“El recibo de Mr. de Bougainville fue por la cantidad de seiscientas diez y ocho mil ciento ocho libras, trece sueldos y once dineros, importe de los gastos de las expediciones a Malvinas. En él constaba que “S. M. Cristianísima por la voluntaria entrega que ha hecho declara nula toda reclamación, sin que jamás la compañía ni otra persona que sea interesada tenga que repetir contra el Real Erario de S. M. C. ni pedir otra recompensa””.



Guerra del Atlántico Sur: propaganda de guerra que se distribuía en las ciudades del país.


A partir de entonces, la autoridad española ha colocado a distintos Gobernadores para administrar los destinos de las islas Malvinas, desde 1767 hasta 1811:


1) Capitán de Navío FELIPE RUIZ PUENTE (1767-1773)

2) Capitán de Infantería DOMINGO DE CHAURI (1773-1774)
3) Capitán de Fragata FRANCISCO GIL Y LEMOS (1774-1777)
4) Teniente de Navío RAMON DE CARASSA (1777-1779)
5) Teniente de Navío SALVADOR DE MEDINA (1779-1781)
6) Teniente de Fragata JACINTO DE ALTOLAGUIRRE (1781-1783)
7) Capitán de Navío FULGENCIO D. MONTEMAYOR (1783-1784)
8) Teniente de Navío AGUSTIN FIGUEROA (1784-1785)
9) Capitán de Fragata RAMON DE CALIRAC (1789-1790)
10) Teniente de Navío JUAN JOSE ELIZALDE (1790-1791)
11) Teniente de Navío PEDRO PABLO SANGUINETO (1791-1792)
12) Teniente de Navío JUAN JOSE ELIZALDE (1792-1793)
13) Teniente de Navío PEDRO PABLO SANGUINETO (1793-1796)
14) Teniente de Navío JOSE DE ALDANA Y ORTEGA (1796-1797)
15) Capitán de Fragata LUIS MEDINA Y TORRES (1797-1800)
16) Capitán de Fragata FRANCISCO JAVIER DE VINA (1800-1801)
17) Teniente de Navío RAMON FERNANDEZ VILLEGAS (1801-1802)
18) Capitán de Fragata BERNARDO BONAVIA (1802-1803)
19) Teniente de Navío ARTURO LEAL DE IBARRA (1803-1804)
20) Capitán de Fragata BERNARDO BONAVIA (1804-1805)
21) Teniente de Navío ARTURO LEAL DE IBARRA (1805-1806)
22) Capitán de Fragata BERNARDO BONAVIA (1806-1808)
23) Primer Piloto de la Real Armada GERARDO BORDA (1809)
24) Segundo Piloto de la Real Armada PABLO GUILLEN (1810-1811)


Finalmente, el Coronel de Marina DAVID JEWETT, en 1820, al mando de la fragata “Heroína” tomó posesión de las islas Malvinas, izando la Bandera Argentina, con salvas de veintiún cañonazos.

jueves, 3 de enero de 2008

2 DE ENERO DE 1865: FIN DE LA HEROICA DEFENSA DE PAYSANDU

General Leandro Gómez, Héroe de la defensa de Paysandú. Tras resistir con poco más de mil hombres, fue apresado y fusilado inmediatamente. La cultura federal hispanoamericana lo saludó, desde entonces, como arquetipo de soldado católico, hispano y de carácter altruista. (Archivo Jorge Montiel Belmonte)



A todos los nacionalistas, la Guerra de la Triple Alianza nos suscitó una repulsa que nunca desaparece. No compartimos para nada el hecho de sentirnos alegres porque "ganó el Ejército Argentino" en la contienda contra el Paraguay pujante y soberano de Francisco Solano López, sino que nos invoca un tremendo ataque contra el sentimiento americanista que también tenemos los nacionalistas, por mucho que le pese a los marxistas y a los liberales tal característica nuestra. Han sido -son, en verdad- americanistas José de San Martín, Juan Manuel de Rosas y el propio Mariscal Solano López, por solamente nombrar algunas personalidades del siglo XIX. Pero vale la advertencia: son americanistas por sus hechos, no por sus palabras...

Y los nacionalistas argentinos también admiramos a los defensores de la ciudad uruguaya de Paysandú, bastión de cuño federal que aguantó durante un mes la artillería más feroz de las escuadras brasileñas y argentinas.

Inicialmente bloqueada por mar y por tierra, el 2 de Diciembre de 1864 la ciudad de Paysandú fue defendida por 1.086 soldados al frente de los coroneles Leandro Gómez y Lucas Piriz. Uno de esos 1086 defensores era el argentino Rafael Hernández, hermano de José, el escritor del Martín Fierro, ni más ni menos. Del lado de los traidores contaban con 5.500 hombres, de los cuales 4.000 estaban bajo el mando del masón General Venancio Flores y los restantes 1.500 dirigidos por el brasileño Souza Netto. El delincuente masón y entonces presidente argentino Bartolomé Mitre dispuso junto a su par del Imperio del Brasil, Marqués de Tamandaré, poner cerco a Paysandú. Una vez logrado ese objetivo, continuarían asediando a los defensores orientales hasta hacer caer al gobierno patriota e instalar en él a los liberales del Partido Colorado que, junto a la Argentina y el Brasil, arremeterían poco más tarde contra Paraguay quedando conformada la triple alianza invasora. Faltaba, pues, unir violentamente al Uruguay a esa infame coalición internacionalista.


COMO SIEMPRE, LA BANCA ROTHSCHILD

En una nota adjudicada a José Linares, y aparecida en la publicación "Revisión" del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, de Enero-Febrero de 1965, nos advierte que los cañones empleados en su mayor parte por la escuadra invasora brasileña en Paysandú son "los cañones del imperio británico, a través de la Banca Mauá, creatura de la Banca Rothschild de Inglaterra"... Sobre la relación de la banca hebrea Rothschild con la banca brasileña Mauá, puede leerse en la revista "Todo es Historia" de Mayo de 1974, página 53, lo siguiente:

"Los Rothschild salieron de la judería de Francfort y a partir de 1800 Meyer Amschel, que fue el fundador de la fortuna de la familia, se convirtió en agente de la corte imperial de Francisco II. En 1811 fueron los financiadores de los estados aliados contra Napoleón y después de Waterloo, los mediadores del empréstito francés para el pago de las indemnizaciones de guerra. De los cinco hijos de Meyer Amschel, a su muerte el mayor quedó en Francfort mientras que los demás ocuparon todas las plazas importantes europeas: Solomón, Viena; Nathan, el mejor dotado según Schnerb, Londres; Jacob, llamado James, París y Karl, Nápoles. Los cinco acostumbrarán a reunirse anualmente en la ciudad libre imperial para hacer sus balances financieros.


Iglesia de Paysandú, totalmente destruida por la artillería y los cañones financiados por la banca Mauá, sucursal económica de la hebrea Banca Rothschild.



"En 1822 Nathan Rothschild realiza un empréstito a Brasil por dos millones de libras esterlinas. Este país se vincula estrechamente a la citada banca para terminar convirtiendo a la firma N. M. Rothschild e Hijos, en 1855, en agentes financieros del gobierno brasileño en Londres, como lo demuestra el documento publicado por Ortega Peña y Duhalde en su libro: "Felipe Varela contra el imperio británico". El Barón de Mauá, cuya penetración financiera en la Confederación Argentina nos proponemos historiar, fue socio de la Banca Rothschild en algunas de sus empresas. Así lo señala Lidia Besouchet en su libro: "Mauá y su época". ("Mauá, la Penetración Financiera en la Confederación Argentina", de Trinidad Delia Chianelli).

El tema de las financiaciones, no solamente la de los criminales masones que sitiaron con sus tropas la ciudad de Paysandú, por parte de la Banca Rothschild es largo y salpica a una cantidad muy grande de pseudopatriotas que condujeron guerras contra los propios argentinos para que los ruines obtengan ganancias llenas de sangre.

Se destaca, pues, y continuando con la Defensa de Paysandú, que para el 27 de Diciembre de 1864 los sitiadores llegaron a tener un total de 15.000 soldados, lo que inclinó en poco tiempo la balanza a su favor. Se dice que el caudillo federal de San Luis, Juan Saa, iba a ir en ayuda de los héroes defensores de la ciudad del Uruguay, pero aquél fue vencido y detenido en el combate de Río Negro por el caudillo colorado y prositiador Máximo Pérez, oriundo del departamento de Soriano. Y Justo José de Urquiza, el entrerriano, quedará como siempre en posición neutral sin importarle demasiado que maten a los federales orientales. Es más, Urquiza hará bárbaros negocios vendiendo miles de caballos de sus campos a las tropas que más tarde invadieron el Paraguay.

Cuando ya prácticamente estaba todo acribillado, en ruinas y polvoriento, el 31 de Diciembre de 1864 tiene lugar el asalto final sobre Paysandú. El ya ascendido a General Lucas Piriz muere en combate, defendiendo a sangre y fuego la ciudad. El también homenajeado como General, Leandro Gómez, resiste con unos pocos fieles, hasta la tarde del 2 de Enero de 1865. Hasta entonces, cabe decirlo, la bandera del Uruguay no dejó de flamear en la punta de la desvencijada Iglesia del poblado.



Una imagen histórica: el individuo situado en el extremo izquierdo es el General Leandro Gómez, junto a un puñado de defensores de cuño federal en pleno asedio contra Paysandú. Véase el detalle de las paredes destrozadas y los escombros en el suelo, producto de los "civilizadores" bombardeos. Las vestimentas paisanas que lucen los héroes es digna de respeto y admiración.



Los detalles del honorable final del General Leandro Gómez fueron expuestos por el desaparecido periódico "El Pueblo de Buenos Aires" en su edición del 11 de Enero de 1865. Vale la pena saberlo:

(...)

"El General [Gómez] dicta en un cuarto del cuartel de Guardias Nacionales situado en la plaza del pueblo, la contestación a que se alude y en que se le ofrecían en nombre de Flores [Venancio, General sitiador], Tamandaré; para él, sus oficiales y tropa, las más amplias garantías. Rodeaban hasta aquel momento al general hasta quince personas, entre jefes y oficiales. En estas circunstancias dos batallones brasileros que se hallaban muy próximos a la segunda trinchera, avanzan súbitamente sobre ella, y uno de ellos llega a penetrar en la plaza por entre las ruinas de la jefatura. Considerables fuerzas estrechan el recinto de aquella, aprovechando de la sorpresa y de la suspensión de las armas. En vano algunos jefes invocando el honor militar, reclaman a grandes voces el cumplimiento de la tregua, desde que aún no se había despachado al parlamento. Los asaltantes avanzan. Crece su muchedumbre. Ya no es posible la defensa. Dos jefes, uno oriental, y el otro brasilero penetran hasta el cuarto donde el General Gómez dictaba.

"Al verle le saludaron con palabras calurosas y dignas, asegurándole en nombre de sus respectivos generales, que él y la guarnición toda de Paysandú, serían respectados (sic). El general preguntó atentamente al jefe brasilero quien era, y contestó: "el comandante de la 2da. brigada de infantería de Río Grande". Entonces agradeció las seguridades que se le daban y dijo: "Señores, yo no pido nada para mí, he cumplido mi deber, pero si pido garantías para mis valientes compañeros". Tomándole el brazo enseguida los referidos jefes, salieron a la calle, acompañándoles los presentes con sus espadas ceñidas. A poco trecho, en dirección a la trinchera, se acercó el coronel florista Goyo Suárez, con un trozo como de 40 hombres montados y dirijiéndose a los que conducían el general les dijo: "¿A dónde llevan ustedes a ese hombre? ¿Hasta adonde han de llegar las condescendencias y los compadrazgos que hasta lo llevan del brazo? Entréguenlo ustedes a esos muchachos".

"Los custodios del general se negaron resueltamente á obedecer. "Está bien, repuso, Suárez, llévenselo, pero allá lo veremos".

Así quedó la Comandancia Militar de Paysandú por los criminales cañonazos y por la artillería que sitió durante un mes a los héroes orientales. Se avecinaba la Guerra de la Triple Alianza.


"En efecto siguieron adelante en dirección al puerto. Mas después de las fatídicas palabras que hemos consignado, la mayor parte de los que habían salido del cuartel, con el General se dispersaron, procurando, salvarse. Apenas la corta comitiva se hallaba como a dos cuadras y media del punto donde encontrara a Suárez vino a dar con un piquete de tropa brasilera, que custodiaba algunos brasileros. Allí se detuvo. El jefe brasilero se separó del general, diciendo que iba a comunicar con el suyo, y que en el acto volvería. A poco de haberse marchado, apareció un oficial oriental con algunos hombres de caballería, y reclamó a los prisioneros. El jefe que quedó acompañando al general, se resistió a entregarlos diciendo que estaban garantidos.

"El recién venido dijo que lo sabía y que ningún peligro corrían en sus manos, que tenía orden únicamente de llevarlos donde estaba su jefe y que no debían temer nada. Los primeros le fueron entregados. Entonces el General Gómez sin duda presntiendo que iba al sacrificio, se sacó el reloj de oro que llevaba y se lo regaló al gefe oriental que le había dado tan honrosa muestra de consideración. Éste lo aceptó, y levantándolo en alto dijo: "Señores, este reloj me lo regala el General Gómez". Lo cual el General confirmó diciendo: "Sí, señor, se lo regalo". Luego mirando un anillo que llevaba en el dedo, le hizo girar dos o tres veces, y se le oyeron estas palabras: "Éste debo llevarlo: vamos". Rodeados los prisioneros por el grupo de caballería marcharon. A corta distancia hicieron alto en la casa de Maximiliano Rivero. Allí estaba Goyo Suárez.

"Inmediatamente mandó ejecutar los prisioneros, desde el cuarto en donde se hallaban á la sazón D. Anastasio Rivero, hijo de D. Maximiliano, ha dicho al que escribe estos apuntes que el vió fusilar al General en los fondos de su casa; que murió con la nota en la mano, en la cual el Barón de Tamandaré y Flores, le ofrecían las garantías de que ya se ha hecho mención. Agrega D. Anastasio, que después de muerto el General, su cadáver fué horriblemente mutilado. La pluma se resiste a entrar en detalles que hacen estremecer el corazón. Con el General Gómez fueron sacrificados bárbaramente sus ayudantes, el Capitán Figueroa, del Salto, el Capitán José Eduvijes Acuña Salto, el Comandante Braga, de Mercedes, y el Capitán de artillería Fernández de Paysandú.

"Todo lo que antecede ha sido confirmado por varios individuos entre ellos, el Coronel García y el Capitán Pérez, de los que acompañaron al General Gómez hasta el momento de ser entregado a sus verdugos".