martes, 24 de marzo de 2009

LOS ENCUENTROS MITICOS DEL CURA BROCHERO Y SANTOS GUAYAMA

[El pasado 17 de marzo se cumplió un nuevo aniversario del natalicio de José Gabriel del Rosario Brochero, el cura gaucho, benefactor de la Patria y misionero que ayudaba a los pobres, a los descarriados de tierra adentro y a los perseguidos gauchos montoneros de otrora. Por eso esta nota. Por eso este humilde recuerdo. Gracias. Agrupación Patriótica AURORA]

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------


Una imagen poco difundida del cura Brochero en su juventud, montado en un típico burrito cordobés.


Uno de los mejores episodios que la patria gaucha nos ha dejado durante su riquísima existencia fueron los misteriosos y míticos encuentros que, en medio de los montes argentinos, mantuvieron el cura José Gabriel del Rosario Brochero y el teniente coronel montonero Santos Guayama. El primero siempre le tuvo estima y respeto al gaucho rebelde, y por eso le insistió para que regresara a la vida cotidiana. El grito de las montoneras hacía rato que se había silenciado, si bien varios de sus caudillos permanecían escondidos bajo el amparo de su desconfianza e intuición campestres, por eso le temían a las “civilizadas” autoridades, y no era para menos.

El cura gaucho –mote con el que fue apodado popularmente Brochero- estaba próximo a inaugurar una Casa de Ejercicios Espirituales en la Villa del Tránsito, en las sierras de Córdoba, promediando el año 1877. Fueron padres domínicos y jesuitas los primeros en asistir a presenciar aquella obra magnífica que, según cálculos estimados entre 1877 y 1927, vio pasar unas 73.518 personas. Los ejercicios consistían en prácticas de oración y penitencia, y el lugar contaba con una escuela, una iglesia de proporciones grandes, una plaza, tomas de agua, canales propios y numerosos campos de cultivos. Sin lugar a dudas, haber instalado en un lugar tan postergado semejante obra de caridad le proporcionó al cura Brochero el reconocimiento póstumo de que hoy goza su trayectoria.

Sin embargo, José Gabriel Brochero anhelaba inaugurar las sesiones espirituales contando con la presencia de su amigo José Santos Guayama, el viejo guerrero de la montonera gaucha que, hacia 1877, era perseguido tenazmente por las tropas unitarias. No era mentira la amistad entrañable entre estas dos personalidades de tierra adentro. En un célebre documento en que enumera a los cuatro grandes amigos de su vida, Brochero incluye a Guayama.

Pero no iba a ser sencillo atraer al indómito montonero para que sea parte de la inauguración de la Casa de Ejercicios que había montado, con mucho esfuerzo, el cura Brochero, pues Santos Guayama era un prófugo de la ley y porque su cabeza tenía precio. Domingo Faustino Sarmiento, mientras fue presidente de la Nación, se lo había puesto, y nada podía rectificar la injusta medida. Fue por ello que Brochero buscó infructuosamente la redención de su amigo Santos Guayama, y se internó en el desierto, en su zona de influencia. Viajó hasta el noroeste argentino, entregándose a una inmensa tarea evangelizadora que podía costarle la vida. El presbítero Pedro Aguirre López llegó a sentenciarlo así al cura gaucho: “Su enjundia de sacerdote y hombre criollo aparece en toda la prestancia del apóstol abnegado y celoso, que olvida los peligros para conquistar un alma para el bien y el honor. Nadie, ningún jefe militar, ningún civil, ningún sacerdote, se habría atrevido a internarse en el desierto en búsqueda de la oveja perdida. Sólo Brochero pudo hacerlo”.

José Gabriel Brochero estaba empeñado en hacer gestiones para conseguir un indulto para Guayama y asegurarle de tal modo la existencia. De paso, lo invitó a su Casa de Ejercicios Espirituales como una forma de hacer el bien y para ayudar, sin el empleo de las armas, a otros desgraciados que en la nueva Argentina liberal parecían no tener cabida. Es decir que, Brochero “se propuso desarmarlo y hacerlo entrar a la vida civilizada de trabajo y de sosiego” a Guayama, sugiere el historiador Ramón J. Cárcano.


Camino a las tierras de Guayama

Vagó varios días en solitario el cura criollo por La Rioja, acompañado únicamente por su pensamiento cristiano de ayuda al prójimo. Hay otra versión que indica que Brochero se dirigió a La Rioja acompañado por Rafael Ahumada, un colaborador suyo de la Casa de Ejercicios Espirituales que mientras estaba construyéndose. En esas largas jornadas, los resultados fueron nulos, hasta que un buen día se topó con algunos gauchos que lo frecuentaban a Guayama. José Gabriel Brochero les interrogaba por su jefe, pero un misterioso silencio impedía ubicar el sitio exacto donde se hallaba refugiado. Sin embargo, Brochero jamás se dio por vencido, de allí sus persistentes caminatas en medio de las malezas y campos despoblados.

Cuando los objetivos de su tarea misional empezaban a flaquear, dio con un hombre que era amigo y servidor del gaucho montonero. Esta persona era un hombre de confianza de Guayama, y como tal le prometió conducirlo hasta donde se encontraba, no sin antes prevenirle sobre los riesgos que eso podía acarrearle al cura gaucho. Se asegura que éste consintió la situación sin pensarlo dos veces.

José de los Santos Guayama ya había sido notificado de la presencia de José Gabriel Brochero, por tal motivo sugirió que el inminente encuentro se realice en un bosque espesísimo e impenetrable. El cura se apareció en el lugar indicado de forma puntual, pero el gaucho montonero no asistió a la cita. Eran años de batallas y luchas sangrientas las que le habían enseñado al honrado Guayama a desconfiar de los que ahora querían brindarle su ayuda. Debe considerarse, asimismo, que sus compañeros de lucha murieron asesinados de la forma más despiadada o se habían tenido que ir del país. Las crónicas señalan que Santos Guayama desconfiaba del cura; creía ver en él un hombre manso que se traía consigo una celada.

El sacerdote, por cierto, no era de esos. Él era un criollo que entendía los avatares de los gauchos, y es por eso que levantó una obra que los cobijaba. Incluso, Brochero quería atraer a los antiguos montoneros que aún sobrevivían para que no sigan muriendo envueltos en la impunidad.

Pasados algunos días del primer encuentro fallido, el cura Brochero volvió a tratar de encontrarse con el gaucho Santos Guayama, quien aceptó nuevamente el convite. Esta vez, el religioso iría acompañado del amigo de Guayama que encontró apenas pisó suelo riojano y que le previno de los riesgos en que incurría su misión. En esta ocasión, su escolta haría de intermediario entre el cura y Guayama. Arribados al lugar pactado, ni rastros había del teniente coronel montonero. Entonces Brochero y el amigo de Guayama trazaron un plan: aquél se quedaría en el lugar donde se iba a llevar a cabo la ansiada reunión, mientras que éste, experto baqueano de la zona, trataría de hallar a Santos Guayama y traerlo ante la presencia de Brochero. Y así hicieron, nomás. Como a 200 metros fue encontrado el recio gaucho lagunero, que hacía un buen rato espiaba de lejos a su compañero y al cura.


Cara a cara en medio del monte

Ya anochecía en medio de la nada, y abandonándose en íntima y franca conversación los dos hombres, protagonistas ineludibles de la historia gauchesca de la patria, hablaron largo y tendido. Nadie quiso interrumpir ese momento sublime, de allí la soledad que los rodeó. Aseguró el cura Brochero que lo sorprendió la cultura y la corrección en el habla que mostraba José Santos Guayama. Que, incluso, demostraba cierta elegancia en el vestir. Tenía en la ocasión, asegurará el propio Brochero años más tarde, un chaleco blanco de piqué y gran cadena de oro.

En el transcurso de la entrevista, que fue larga, Guayama acusa signos de remordimiento que quedarán plasmados en una serie de extensos y bien logrados versos que transcribe para dárselos, luego, a Brochero. El primero dice así: “Cuando muere triste el día / y el paisaje entre la bruma / lánguidamente se esfuma. / Tras la larga lejanía / en muda melancolía, / conmigo a solas medito, / hundida en el infinito / la vigilante mirada. / De mi conciencia aterrada / entonces escucho el grito”.

Las propuestas que le hizo el cura Brochero al ex lugarteniente de Felipe Varela eran, más bien, generosas. Le prometió entregarle una estancia con numerosa hacienda, dándole una fuerte participación en sus productos, lo que conseguiría de un acaudalado propietario de su departamento (San Alberto), en la provincia de Córdoba. Al mismo tiempo, Brochero ofreció pagarle todas sus deudas y conseguirle un indulto por parte del Gobierno Nacional. Aseguran que Santos Guayama le pidió más que nada por esto último.

El Monseñor doctor Audino Rodríguez y Olmos dijo acerca de Brochero, al que había conocido personalmente: “Es posible que Guayama en presencia del sacerdote experimentara la tortura de sus remordimientos. Lo único que consta con certeza es que Brochero invitó a Guayama a los Ejercicios, y que Guayama aceptó. Más, estando fuera de la ley, podía ser prendido por cualquiera y sometido al último suplicio. Hizo entonces presente al cura que para ir a los Ejercicios necesitaba de un salvoconducto otorgado por el presidente de la República, documento que tan sólo él podía conseguirle. El cura se comprometió a ello. Y se despidieron”.

El general Julio Argentino Roca, ungido como ministro de Guerra durante ese mismo año de 1877, ante la requisitoria que le hizo Brochero por el indulto para su amigo Guayama, respondió que por parte del Gobierno Nacional no se le molestaría, pero que esto mismo no podía asegurarle respecto a la acción común que podría entablarse ante los tribunales ordinarios.

Los federales de la montonera gaucha que aún sobrevivían dispersos en los desiertos riojanos y sanjuaninos, y que se hallaban bajo la autoridad de Santos Guayama, después que Brochero se despidió, se tranquilizaron y obraron solidariamente con los paisanos pobres de la zona. Todo esto sucedía mientras el religioso buscaba el indulto. Nunca lo conseguiría, al parecer porque no había voluntad política para perdonar a los gauchos montoneros.


El final trágico de Guayama

El esforzado José Gabriel Brochero fue en busca de Guayama una vez más, quizás para darle tranquilidad o para darle esperanzas de que algún día su vida dejaría de correr peligro. Este nuevo encuentro en los montes fue en vano, ya que Guayama mantuvo con firmeza su desconfianza. Ni él ni sus hombres irán a la flamante Casa de Ejercicios Espirituales del cura Brochero en Córdoba, seguramente por temerle a la autoridad.

Fue un momento de flexibilidad que se tomó Guayama, a finales de 1878, mientras caminaba por las calles de San Juan capital, lo que le provocó su captura y su posterior asesinato en el cuartel de San Clemente, el 4 de febrero de 1879. Al enterarse de tan lamentable e inicuo procedimiento, Brochero lloró su pérdida como si se tratara de un familiar.

Así terminaba uno de los capítulos menos divulgados pero no menos encantadores del cura José Gabriel Brochero y del gaucho montonero José Santos Guayama. Nunca más se harían oír las montoneras por los llanos tras la desaparición de Guayama. Y Brochero terminó sus días quemado por su inconmensurable caridad: tras haber atendido a un enfermo de lepra, y por haber compartido un mate amargo con él, contrajo dicha enfermedad. Murió en 1914, ciego y sordo.


Por Tigre Capiango


Bibliografía utilizada:

- Estrada, Marcos. “Martina Chapanay. Realidad y Mito”, Imprenta Varese. Buenos Aires, 1962.

- “Todo es Historia”, Año II, números 20 (Diciembre de 1968) y 23 (Marzo de 1969).

sábado, 14 de marzo de 2009

14 DE MARZO: EL BANDERAZO NACIONAL EN PLAZA DE MAYO CONTRA LA PRETENSION BRITANICA EN LA ANTARTIDA ARGENTINA


El día 14 de marzo de 2009, distintos sectores y organizaciones del nacionalismo argentino se hicieron presentes en la Plaza de Mayo, ciudad de Buenos Aires, para repudiar el silencio cómplice y cobarde del gobierno nacional cuya Cancillería, de revestir cierto grado de patriotismo, seriedad y profesionalismo, en mayo próximo debería presentar el estudio completo correspondiente a la ampliación de 200 a 350 millas de la plataforma del Mar Argentino, en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Cooptado por antiguos subversivos marxistas de los años 70, el Ministerio de Relaciones Exteriores "argentino" todavía no ha mostrado el suficiente interés para con este compromiso que representa, ni más ni menos, que la soberanía nacional en el Mar Argentino y en las islas que yacen en aguas del Atlántico Sur. Y para hacer grandiosa la actitud traidora, tampoco ha objetado diplomáticamente a Gran Bretaña, la cual, ni lenta ni perezosa, va a reclamar el espacio que nuestros "representantes" olvidan de modo miserable. De efectivizarse esta felonía, Gran Bretaña podría dominar la plataforma marítima que rodea a la isla de los Estados, la cual pertenece a la provincia de Tierra del Fuego.

De esta aberrante actitud entreguista manifestada con entusiasmo por los ayer terroristas hoy devenidos en multimillonarios desquiciados, es que el nacionalismo argentino organizó un "Banderazo Nacional" frente a la Casa Rosada, y ante la atenta mirada de algunos pobres agentes de la echada de menos Policía Federal Argentina.

Coincidió el acto, para felicidad de los que seguimos apostando por el destino de grandeza que Dios le ha dado a nuestra Patria, con la fecha del paso a la inmortalidad del Ilustre Restaurador de las Leyes, don Juan Manuel de Rosas, cuyo deceso se produjo, por buen patriota, en el exilio un 14 de marzo de 1877.

Como una punzante estocada al corazón del porteñismo masónico de tinte liberal y marxista, los cerca de 70 u 80 compatriotas congregados con numerosas banderas argentinas en la histórica plaza volvieron a poner al nacionalismo en un lugar que jamás debió abandonar: la calle. Fue valioso en ese sentido simbólico de la lucha. También debe señalarse que no hubo ninguna fuerza de la democracia partidocrática reivindicando esta amenaza territorial que el poder mundial, con la complicidad de nuestros funcionarios, quiere ejecutar a toda marcha.

El compañero Federico Addisi dirigiéndose al público presente en el acto nacionalista celebrado en Plaza de Mayo.

Hubo, al menos, dos oradores, uno de ellos el presidente de la Organización Puerta de Hierro y de Jóvenes Revisionistas, señor Federico Gastón Addisi. El otro fue un histórico dirigente de la Resistencia Peronista: Ramón Landajo, secretario privado del general Juan Domingo Perón en su exilio de Venezuela, Panamá y Santo Domingo.

Landajo rescató el "ejemplo de estos jóvenes que se comprometen con la Patria", y recalcó que si "los delincuentes que están en la Casa Rosada" no oyen el reclamo que se les hace, "volverá a tronar el escarmiento sobre ellos" por parte del pueblo. Dio a entender que "los agentes de la SIDE que están a dos cuadras de aquí nos mandan a vigilar" por tratarse de argentinos comprometidos los presentes en el acto. Los aplausos fueron unánimes.

Federico Addisi leyó un petitorio que, a futuro, y tal como él sostuvo, será entregado a la Cancillería argentina para que tome conciencia de todo lo que nos jugamos como nación dentro de escasos 2 meses ante la ONU. A su vez, se profirieron numerosos vivas a los 649 Héroes de Malvinas que cayeron defendiendo la Soberanía Nacional que hoy, los sostenedores del poder mundial en el país, desprecian como si se tratara de dos vocablos apenas.

Los aplausos y los vivas también estuvieron presentes cuando salían de los oradores los nombres de José de San Martín, Juan Manuel de Rosas y Juan Domingo Perón, o cuando se comparaba la batalla de Vuelta de Obligado (1845) con la guerra de Malvinas de 1982, ocasiones en que las fuerzas criollas enfrentaron al enemigo histórico de la Patria: Inglaterra, el mismo que ahora va a usurpar la soberanía marítima argentina del sur.

Un ejemplo de militancia y compromiso: Ramón Landajo, secretario privado del general Perón en Venezuela, Panamá y Santo Domingo, brindó su riquísima experiencia asistiendo al acto. Felicitó a los que organizaron el evento y a los que estuvieron presentes. Hizo una mención destacada para con los futuros oficiales del Ejército Argentino que también yacían mezclados entre el público. "Oficiales como ustedes necesitará el ejército para defender la Patria", llegó a expresar.

Entre el público presente había veteranos del conflicto del Atlántico Sur pertenecientes al TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur; véase el siguiente enlace: http://aurora-arg.blogspot.com/2008/12/el-drama-de-los-heroes-de-malvinas-que.html), quienes acampan en Plaza de Mayo desde abril de 2008. Y hubo varios cadetes del Liceo Militar "José de San Martín", quienes entonaron la Marcha de Malvinas y el Himno Nacional Argentino a viva voz, como el resto de los presentes.

Debemos mencionar algunas organizaciones que estuvieron en el "Banderazo Nacional" que referimos: Jóvenes Revisionistas, Alianza Nacional, Mesa Político Sindical José Ignacio Rucci y Resistencia Peronista, entre otros. Si omitimos nombrar a otras entidades más, pedimos disculpas; hubo varios camaradas y compañeros que nunca habíamos visto con anterioridad, lo cual debe ponernos contentos porque demuestra que la prédica va juntando adeptos a la causa de reconstrucción y liberación de la Patria que se ha iniciado.

Temas musicales del folklorista y federal Roberto Rimoldi Fraga sonaban a todo volumen cuando se acallaban las palabras de los compatriotas designados para platicar, dándole a la jornada el merecido tinte criollo e hispánico.


En un momento, antes de la desconcentración, uniformados del Regimiento de Granaderos a Caballo se dispusieron a arriar el pabellón nacional que está justo frente a la entrada principal de la Casa Rosada. Entonces, desde los altoparlantes conseguidos merced a una innegable y brillante logística que corrió por parte de los organizadores del "Banderazo Nacional", los sones del Himno Nacional se hicieron escuchar junto al canto emocionado y vibrante de los presentes. Así finalizaba el acto nacionalista, en medio de bombas de estruendo que de tanto en tanto despertaban la curiosidad de los transeúntes que caminaban con rumbo desconocido. Al concluir el acto, más gente se había acercado para ver de qué se trataba la manifestación patriótica. Los 70 u 80 del comienzo eran entonces algo más que 100 personas. Una buena y esperanzadora señal.

viernes, 13 de marzo de 2009

BANDERAZO NACIONAL POR LA ANTARTIDA, EL 14 DE MARZO A LAS 18 HORAS EN PLAZA DE MAYO


En mayo de 2009 vence el plazo para presentar ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas) la extensión de 200 a 350 millas de plataforma continental, y ¡Argentina no tiene ni el 50% de los estudios hechos!

Gran Bretaña ya lo ha hecho e incluye en sus pretensiones la isla de los Estados (Tierra del Fuego) y ¡¡gran parte del Mar Argentino!!

Hay más de 3.000.000 de km2 en juego, nos encontramos en una grave situación.

Es por este motivo que le EXIGIMOS al Gobierno argentino que presente el estudio en tiempo y forma ante la ONU. Ya que de no ser así, perderemos parte de nuestra Soberanía y sólo ellos serán los responsables de tal atrocidad diplomática.

NO es otro país el que se está rifando. ES NUESTRO PAIS.


BANDERAZO NACIONAL, DIA SABADO 14 DE MARZO A LAS 18:00 HORAS, EN PLAZA DE MAYO


¡¡Señalamos que el Banderazo no será solamente en Plaza de Mayo, sino que se llevará a cabo en diferentes puntos del país!!

domingo, 1 de marzo de 2009

DIFERENCIACION ENTRE "TERCERA POSICION" Y "TERCER MUNDO", POR EL DOCTOR JUAN GABRIEL LABAKE

Antigua propaganda peronista: iluminando y señalando el camino redentor de la humanidad, la ideología Nacional Justicialista es la Tercera Posición que evita la extorsión capitalista liberal y la insectificación estatal del marxismo. Desde que fue creado, el Nacional Justicialismo todavía es una alternativa que, pese a las traiciones, bien puede aplicarse sin mayores inconvenientes dados los resultados que dejaron en el planeta Tierra las dos ideologías sinárquicas antes mencionadas.

Esta nueva publicación reviste carácter doctrinario, preparación de la que muchos carecen -o, esa es la impresión- a la hora de presentarse como leales seguidores e intérpretes, cuando no herederos, de la doctrina Nacional Justicialista creada, fundamentada y llevada a la práctica por Juan Domingo Perón.

Gran parte de la confusión deviene del caos surgido a finales de los años 60 y durante toda la década de 1970 en el país, tramo de la historia en la que se puso en práctica una efectiva estrategia 'entrista' la cual, de acuerdo a los sectarios que "llevan un gallito bajo el brazo", según la definición del propio Perón en el exilio madrileño, ha acomodado la doctrina peronista a su antojo y modo.

Pero aunque parezca no haber una solución a tantas perspectivas surgidas en medio de la puja ideológica de liberales-conservadores y marxistas subversivos, es inobjetable que el peronismo tiene una ideología sólidamente sustentada por libros fundamentales que los fundadores han dejado, y que son los que le dieron forma a aquélla, adoctrinando de un modo certero y unívoco.

Fue, a lo sumo, la flexibilización en la lucha política la que produjo algunos métodos tácticos que, sí o sí, y en concordancia con lo planificado por Juan Perón, derivarían en una estrategia final que en el fondo sería la misma que se empezó a edificar desde el 17 de octubre de 1945 y, si somos más realistas, desde junio de 1943. De tal modo, cuando Perón asume su tercer mandato en octubre de 1973, expresa con claridad que la hora de la lucha y de las armas se había superado, que ahora había que encarar la reconstrucción y liberación de la Patria en paz. Esto mismo ya predicaba el secretario general de la C.G.T., José Ignacio Rucci, desde 1970 y hasta que fue asesinado por la subversión marxista de Montoneros en 1973.


"TERCERA POSICION" Y "TERCER MUNDO", SEGUN LABAKE

Juan Gabriel Labaké ha sido hasta el día de hoy uno de los más leales exponentes del peronismo doctrinario, y como tal merece que dediquemos nuestro espacio digital para ver qué nos dice acerca de dos conceptos o definiciones que con naturalidad -o con mala intención, no se sabe- suelen ser pensadas como sinónimos o casi idénticas. Decir que el Nacional Justicialismo representa una "Tercera Posición" y decir que es parte integrante del "Tercer Mundo", ¿está bien dicho de ese modo? ¿Son, acaso, conceptos que trazan roles distintos en la política mundial? ¿O es lo mismo ser "tercerista" que "tercermundista"? Veamos que nos dice al respecto Labaké en su obra "Carta a los No Peronistas", Editorial Leonardo Buschi S.R.L. (Noviembre 1982):


"Tercera posición y tercer mundo

"Todo el mundo sabe que nuestro proyecto político (y, en especial, nuestra propuesta internacional) está basado en los principios de la Tercera Posición, formulada por el General Perón en 1946. Conviene no confundir esa Tercera Posición, con el llamado Tercer Mundo. La primera es una filosofía política, bautizada como "tercerista" para diferenciarla de las dos grandes corrientes ideológicas que dominan buena parte del mundo de hoy: el capitalismo liberal y el marxismo. La Tercera Posición, huelga decirlo, no es una mezcla de ambos extremos, ni una transacción entre ellos. En el fondo, es una "segunda posición" y no una "tercera". Tanto el capitalismo liberal, como el comunismo, son postulaciones materialistas, inhumanas (una con acento individualista, la otra colectivista, pero las dos son no-humanistas). El capitalismo liberal pone en la cúspide de su escala de valores a la riqueza material, no al hombre. El marxismo reserva ese primer lugar para la colectividad (abstracción que, en definitiva, termina siendo el Estado omnipotente y totalitario), pero tampoco al hombre (...) El designio es siempre igual: el dominio de unos pocos sobre la inmensa mayoría de los hombres.

"La Tercera Posición (insisto, que realmente es una "segunda" alternativa) pone en el centro de su preocupación y de sus valores a esa persona humana, no como individuo aislado (porque así, a lo Robinson Crusoe, no existe salvo en la mente fantasiosa del autor de esa novela) sino como ser libre que vive y se desarrolla en sociedad; como miembro de una gran familia humana (pasada, presente y futura) cuyo destino final es su reencuentro con el Creador. Todas las otras cuestiones políticas o económicas quedan iluminadas, centradas por este foco o principio fundamental de nuestra doctrina humanista.

"Si el gran problema de la humanidad fuera la forma en que los hombres se apropian y poseen los bienes materiales, podría quizá argumentarse que la historia juega su suerte entre el capitalismo liberal y el marxismo. En este rincón, los que quieren libertad para que cada uno acapare lo que pueda. En aquel otro, los que postulan el acaparamiento total por parte de un grupo de burócratas (...) Pero el meridiano de nuestra especie humana no pasa por ahí sino por el lugar que cada corriente de pensamiento le tiene reservado al hombre: ¿más abajo o más arriba que la riqueza, el poder, la "seguridad del Estado", las multinacionales y las propias ideologías dogmáticas? ¿Seres libres o insectos? (...) Este verdadero meridiano político del mundo deja en la misma vereda a todos los materialismos, sin que tenga mucha importancia el sistema de apropiación de los bienes materiales que postulan. En la otra vereda estamos los humanistas. Los de la segunda posición que, por las razones circunstanciales mencionadas, debemos llamar Tercera Posición".

Ahora viene el desarrollo de lo que para el abogado y bioquímico Juan Gabriel Labaké significa "Tercer Mundo":

"El Tercer Mundo es, en cambio, la unión de los pueblos y naciones dominados por los centros desarrollados de poder, para lograr, en conjunto, mejores condiciones de trato con los que mandan mundialmente. Es una alianza de fuerzas, sin basamento ideológico ni filosófico. Iguales características tiene el llamado grupo de los no-alineados, o el diálogo norte-sur. Ello hace que entre los países del Tercer Mundo haya regímenes que postulan el marxismo y están más cerca de Rusia; otros que se organizan como sociedades capitalistas y mantienen buenas relaciones con los EE.UU.; y, finalmente, otros, como nosotros y muchos países más hoy en día, que postulan un nacionalismo popular y desean guardar más celosamente su independencia frente a las dos superpotencias. Es cierto que éstas -y especialmente Rusia- tratan de influenciar sobre el Tercer Mundo para ponerlo a su servicio. Pero ello no invalida lo dicho. Las dos superpotencias desean, en realidad, influenciar y dominar a todo el mundo y a todas las instituciones internacionales para hacerlas servir sus designios.

(...)

"Nosotros, en lo ideológico, mantenemos sin retaceos ni concesiones la Tercera Posición, es decir, el humanismo cristiano, nacional y popular. Respecto a los agrupamientos de poder, la realidad nos aconseja unir fuerzas con los dominados para liberarnos de la asfixia de los centros dominadores. Y como la política internacional es una parte de la política a secas (o sea, un espacio donde está en juego el poder) nuestra meta es buscar para la Argentina el mayor poder internacional posible para lograr nuestra liberación como pueblo y como Nación. Todo lo que se diga en contrario es poesía. Bien o mal intencionada (casi siempre, mal intencionada) pero poesía al fin. ¿O la experiencia de Las Malvinas no ha servido para comprender esta verdad que hiere los ojos?".