El siguiente relato es el resultado de una jornada gloriosa, pues se llevó a cabo a 201 años de la Reconquista de Buenos Aires con motivo de la Primera Invasión Inglesa, luego de mes y medio de ocupación y usurpación de la soberanía política de entonces. Con enorme satisfacción, decíamos, el Presidente y el Vicepresidente de Jóvenes Revisionistas nos hicieron llegar la Crónica del Operativo Reconquista, una acción que nos llena de orgullo y que marca un nuevo e importante paso para la consolidación del nacionalismo argentino que enfrenta a la catastrófica versión que la incultura colonial hoy nos brinda. De manera conjunta se reivindicó a las Islas Malvinas y, por lazos de camaradería existentes, al Peñón de Gibraltar que, éste último, estando en territorio español fue, al igual que nuestras islas, usurpado por el único derecho que tienen las bestias: el de la fuerza.
La Agrupación Patriótica AURORA estuvo al tanto de su planificación, ejecución y hasta fue invitado a ser partícipe del mismo. Por cuestiones temporales en cuanto a la organización del operativo, que si bien salió prácticamente acorde a lo pactado se materializó en un lapso muy breve de tiempo, no fuimos de la partida. Agradecemos, desde ya, a las autoridades y miembros de Jóvenes Revisionistas con quienes, dicho sea de paso, venimos estrechando vínculos importantísimos, por habernos facilitado ser parte activa de este acto trascendental. La Agrupación Patriótica AURORA apoyó totalmente la acción y adhirió a la misma. En el futuro mediato y/o inmediato, continuaremos estando junto a lo que la agrupación hermana realice en pos de la justísima reivindicación sincera y noble de la Patria.
A continuación, pues, la crónica con los hechos:
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CRONICA DEL “OPERATIVO RECONQUISTA”
Domingo 12 de Agosto de 2007. Era el día señalado.
Día de la Reconquista, allá por 1806, que sirvió de excusa para conmemorar gestas en las que argentinos dieron la vida por la Patria, luchando contra el enemigo histórico de ayer y de hoy. La Pérfida Albión.
Día para recordar las invasiones a nuestra tierra por parte de los piratas ingleses en 1806 y 1807.
Día para subrayar, ya que la historiografía liberal mitro-marxista sigue con su táctica de ocultamiento, la Epopeya de “La Guerra del Paraná”, cuyo punto máximo se dio en la defensa de “Vuelta de Obligado” cuando nuevamente ingleses, junto a sus aliados franceses, remontaron nuestros ríos sin más derecho que el de la fuerza.
Ocasión propicia, para levantar nuestra bandera por la reivindicación de la Gesta de Malvinas de 1982, de la que se cumplen 25 años, en épocas donde arrecia la campaña desmalvinizadora por parte de este gobierno “progre”.
Y también, ¿por qué no?...una oportunidad histórica para estrechar lazos con camaradas de nuestra madre patria, que al igual que nosotros, tienen su territorio usurpado, pues algunos parecen olvidar que Gibraltar esta en manos inglesas. Por lo tanto, aprovechamos para proclamar orgullosos nuestro sueño de unidad de Hispanoamérica, que es la unidad territorial, histórica, cultural, religiosa e idiomática; la PATRIA GRANDE, cruelmente balcanizada, cuya máxima expresión la constituye ese concepto grandioso que llamamos HISPANIDAD.
Por ende era el día y el momento indicado para recordar a aquellos compatriotas que no vacilaron en dar la vida por nuestro país, como así también, alzar nuestra voz contra la injusta ocupación que argentinos y españoles, sufrimos a manos de su Graciosa Majestad.
Así fue que a las 9.30 de la mañana de ese glorioso 12 de agosto, un grupo de jóvenes que sentimos un profundo amor por la Patria, decididos a luchar contra los distintos métodos del Imperialismo que “emboban” a nuestra juventud, nos congregamos para llevar a cabo una acción que buscaba reivindicar, aunque más no sea simbólicamente, tantas luchas en busca de la definitiva independencia y soberanía nacional.
¿La forma elegida? Tomar la Torre de los Ingleses. Ese “monumento” que nos construyeron los ingleses “amablemente” en 1910 por el centenario de la Revolución de Mayo. Aquella torre que se clava en el corazón de los argentinos y como burla del destino se halla emplazada frente al monumento de nuestros caídos en Malvinas.
A las 9:45 comenzamos a desarrollar acciones de inteligencia cronometrando el tiempo que tardaban los patrulleros que custodiaban nuestro objetivo en hacer su recorrido, y que sería, el tiempo del que dispondríamos para ejecutar la Operación. Mientras, otros compañeros pintaban las consignas de los dos carteles de 2 metros por 1 que estaba estipulado colocar, además de las tres banderas nacionales de 30 metros cada una.
Todo sucedía con tranquilidad y de acuerdo a lo planeado cuando de repente se acercaron dos oficiales de la P.F.A. a ver lo que estaba sucediendo. El Presidente de los Jóvenes Revisionistas fue a su encuentro y se identificó para demostrar a los oficiales que la nuestra no iba a ser una acción violenta y buscó su consenso para seguir adelante con el operativo. Incluso, y asumiendo el riesgo de que se frustre la operación, les anticipó que nuestro deseo era embanderar la torre mientras la Comisión de Homenaje al Bicentenario llevaba a cabo el acto de conmemoración de la Reconquista en el monumento a los héroes caídos en Malvinas. Acción ésta perfectamente coordinada, ya que nuestro grupo adhería a dicha comisión y por lo tanto había avisado a algunos de sus integrantes lo que se pretendía realizar.
Los dos oficiales observaron los carteles, cuyas consignas rezaban: MALVINAS ARGENTINAS, GIBRALTAR ESPAÑOL, ¡FUERA INGLESES!, RESISTENCIA PERONISTA y PUERTA DE HIERRO. Nos informaron que no habría problemas si nos limitábamos a lo señalado y se marcharon. Más tarde tendríamos la triste oportunidad de comprobar que esto no era cierto.
Eran las 10:00 A.M. El “Operativo Reconquista” estaba en marcha.
Faltaba una hora para el comienzo del acto, pactado para las 11:00 A.M, y nos dirigimos hacia la torre.
Ingresamos al objetivo que se encuentra protegido por rejas de aproximadamente dos metros y medio, con una escalera especialmente traída para la ocasión.
Comenzamos a colgar las banderas. Primeramente y de acuerdo a lo planeado; las que tenían las consignas que nos interesaba reivindicar. Estas las colocamos tapando el cartel principal de la Torre, que explica detalles de la misma –como fecha de inauguración, nombre, etc., etc. Luego, las dos banderas argentinas de 30 metros, a lo largo de todo el cerco perimetral que protege la Torre. Pero faltaba el plato fuerte.
Al intentar forzar la puerta de entrada a lo que es el “monumento homenaje a los imperialistas” propiamente dicho, salió de adentro un guardia de seguridad privada, dependiente del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al increparnos por nuestro accionar, el Presidente de los Jóvenes Revisionistas y yo mismo lo “invitamos” a entrar al edificio a conversar como caballeros. Una vez adentro le explicamos nuestras intenciones y con una “dádiva” que éste no tardó en aceptar logramos su colaboración. Así fue que colgamos la bandera patria principal desde el interior del segundo piso de la Torre y pudimos atarla a la otra punta de la reja. Eran 30 metros de bandera argentina desplegada al viento en pleno “monumento” de los ingleses. El objetivo estaba cumplido. Sólo restaba resistir en la posición por el mayor tiempo posible para que las banderas duraran mientras se desarrollaba el acto del triunfo de nuestros héroes de 1806 y 1807 sobre los invasores justo en frente. Nuestros compañeros allí se dirigieron y repartieron volantes con el documento conjunto, firmado por una numerosa cantidad de organizaciones nacionales y por la heroica Falange Española, que reclama los derechos sobre Malvinas Argentinas y Gibraltar Español ocupados por el imperialismo anglosajón.
Todo este movimiento transcurrió en treinta o treinta y cinco minutos. Todo marchaba demasiado bien para ser real. Fue ahí cuando irrumpieron en nuestra posición (la base misma de la Torre), varios patrulleros de la Policía Federal y nos llamaron a la inmediatez. Eran varios policías uniformados y otros de civil. Uno de ellos apoyaba nuestra acción con muecas de aprobación y tratando de que el asunto no pasara a mayores. Fue una verdadera lástima no haberle preguntado el nombre, ya que él merece gran respeto por su evidente conciencia nacional. Es de aquellos integrantes de las fuerzas de seguridad que exponen su vida para cuidar a la Patria y sin poseer una cultura libresca son concientes de lo que pasa en nuestra tierra hispanoamericana. Todo lo contrario ocurrió con el Jefe del Operativo, un tal Subinspector Ferreira quien resultó ser un digno exponente del pensamiento colonial, además de anglófilo y legalista apátrida indigno de integrar nuestras fuerzas de seguridad. Sería inútil darle demasiada trascendencia a tan triste personaje, pero sólo diremos que tuvo el descaro de manifestar que “le importaba un carajo nuestra reivindicación, y que debíamos retirar los carteles de Malvinas y Gibraltar por ser ofensivos a la comunidad británica” (¿?¡!) Estos malos compatriotas son los que creen que mediante el culto a las leyes creadas por los personeros de la antipatria es que una Nación puede “progresar” limitándose a ser riguroso con los derechos y obligaciones únicamente. Lastimoso para su alma.
Ante las intimaciones que “nuestro patriota” Subinspector nos efectuaba, nosotros permanecíamos estoicamente acantonados cual guerreros de las antiguas falanges dentro del perímetro de la Torre, discutiendo con él, a través de las rejas viendo como el tiempo pasaba, y en definitiva, jugaba a nuestro favor. Tanto es así, que culminado el acto principal, varios de los asistentes cruzaron a manifestarnos su solidaridad y apoyo.
Viendo que la cosa no resultaba como esperaba, Ferreira recurrió a la bajeza de presionarnos con hacer despedir al Guardia de Seguridad de la Torre, por haber “colaborado” con nosotros; labrarnos un acta contravencional o llevarnos detenidos.
Evaluando los costos y beneficios, y habiendo permanecido en el lugar por más de dos horas, con todas nuestras banderas flameando altivas en el cielo azul de la Patria y con la conciencia limpia por cumplir con nuestro deber de defender el honor de nuestros ancestros, dimos por terminado el “Operativo Reconquista” el que estamos brindando en esta crónica.
Procedimos a retirar todas nuestras banderas y marcharnos del lugar sin haber provocado un solo daño a la propiedad ni muchos menos a las personas. Así nos reencontramos con nuestros compañeros que nos invitaron a celebrar el éxito de lo actuado junto a los demás participantes del acto, en un agasajo en la sede de un sindicato amigo.
Una vez allí, el Presidente de la Comisión del Bicentenario hizo expresa mención a todos los presentes de lo que se acababa de realizar, y el Presidente de los Jóvenes Revisionistas tuvo oportunidad de dirigirse a la concurrencia, destacando que la toma de la Torre era parte de acciones conjuntas con Falange Española en un marco de integración de aquellos que luchamos por la hispanidad. Dicho esto, se despertó una ovación que coronó una histórica jornada que repetiremos en el futuro.
Las fotos y la crónica que se relatan son el testimonio vivo que nos ha quedado de aquel orgulloso y altivo homenaje a Nuestra Patria, que hoy fue pacífico. Mañana quizás no. Viva la Patria!!!
Federico Addisi
(Director de la Org. Puerta de Hierro)
(Presidente de Jóvenes Revisionistas)
Andrés Mac Lean
(Vicepresidente de Jóvenes Revisionistas)
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* Más fotografías del Operativo Reconquista, en el sitio http://www.puerta-de-hierro.com.ar/
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