

Se señala que a las 24 horas del 29 de abril de 1982, los dos helicópteros aterrizaron cerca de Caleta Olivia. Una de las máquinas era un AE419, que estaba al mando del teniente coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, jefe de la "Agrupación Comodoro Rivadavia", y el otro helicóptero estaba el mando del capitán Horacio Marengo.
El entonces soldado Medina, muy seguramente camarada de los que reclaman en Plaza de Mayo pese al silencio de los dirigentes cipayos, estaba en uno de los helicópteros, y así relataba estas jornadas en que la guerra se libraba fuera de las islas Malvinas: "Llegamos a la costa agazapados y a la playa cuerpo a tierra; íbamos armados y con las armas sin seguro. Nos decían que íbamos a fuego, es decir, a entrar en combate. La gente del primer helicóptero montó guardia hasta las dos de la mañana y nosotros fuimos a descansar a la comisaría de Caleta olivia, que quedaba sobre la playa. Los reemplazamos a esa hora hasta las seis y media. A las siete y minutos salimos hacia los helicópteros que habían aterrizado a unos cinco kilómetros. Cuando nosotros llegamos al nuestro, ya el primer helicóptero se había ido. Salimos con rumbo al sur, era un día brumoso y volábamos sin contacto de radio con la otra máquina. Íbamos a una estancia llamada "La Floradora" donde se suponía que estaban los comandos [ingleses]. Aterrizamos y estuvimos hasta pasado el mediodía. Recuerdo que los oficiales viglaban con prismáticos, hasta que, sin tener noticias de la otra máquina, los oficiales deciden volver a al comisaría de Caleta Olivia".
Recién a las 12:15 del 30 de abril de 1982, el helicóptero que comandaba el teniente coronel Miguel Ángel Arévalo había sido derribado, muriendo prácticamente todos sus tripulantes en el acto. Las versiones señalan que estaban sus cuerpos mutilados y desnudos.
Dijo recientemente el retirado con grado de teniente coronel Horacio Marengo, uno de los dos jefes que participaron de la avanzada en busca de comandos ingleses en las cercanías de Caleta Olivia: "La Guerra de Malvinas no sólo se peleó en las islas, nosotros perdimos diez hombres cuando fuimos a una misión en cercanías de Caleta Olivia, al norte de Santa Cruz; cuando fuimos en busca de un grupo de elite británico". Y luego, deja entrever que al otro helicóptero lo derribaron los ingleses clandestinos:
(...)
"Nosotros nos equivocamos de ruta, seguimos por otra; después nos agarró bruma marítima; al rato aterrizamos a dos kilómetros de la costa". El otro helicóptero había desaparecido. A las pocas horas, pobladores y Prefectura encontraron sus restos a unos diez kilómetros de Caleta Olivia: "Para mí fue muy raro ver lo que vi: los cuerpos estaban mutilados y desnudos; el fuselaje se hallaba en la restinga de la costa y el rotor a unos 300 metros hacia la derecha".
-¿Cree que el helicóptero fue abatido?
-La verdad, no lo sé. La Justicia Militar nunca nos interrogó. Debió haber una investigación. Nuestra misión fue buscar a un comando enemigo.
Para el Ejército, Marengo, no peleó en la Guerra de Malvinas. El 29 de octubre de 2003 se lo comunicó una nota del director General de Bienestar del Ejército, general Francisco Goris, según un dictamen de la Asesoría Jurídica de esa Dirección".
Escuchamos decir a un conocido nuestro que fue diplomático argentino en Europa lo que le contó, a su vez, un ex oficial del Ejército Argentino que tuvo una muy difícil misión con unos comandos en territorio chileno en tiempos de la guerra malvinense.
Interceptada una señal proveniente de una base militar espía del Ejército chileno cerca de la frontera con nuestro país, en la cual se pasaban informaciones de Inteligencia sobre nuestras tropas, el grupo de comandos argentinos se introdujo secreta y clandestinamente en Chile y, una noche, cayó por sorpresa en la base de espionaje trasandino. El resultado, ocultado hasta el día de hoy por las máximas autoridades del Ejército chileno, fue que los comandos nuestros no solamente destrozaron todos los equipos de transmisión del lugar, sino que, además, pasaron a degüello a todos los militares chilenos que estaban apostados allí. Y los dejaron así, para que al día siguiente los refuerzos observaran lo que les ocurría a los traidores al continente americano.
¿La guerra solamente se produjo en las islas Malvinas? Da para pensarlo, al menos, dos veces.