sábado, 4 de agosto de 2007

SEGUNDA PARTE DEL REPORTAJE REALIZADO AL ABOGADO Y PERIODISTA EMILIO NAZAR KASBO - MARZO DE 2007




Agrupación Patriótica AURORA (A.P.A.): -¿De qué manera puede ayudar o contribuir el nacionalismo argentino para con los movimientos nacionalistas del Perú, si así lo requiriesen las circunstancias y llegado el caso?

Emilio Nazar Kasbo (E.N.K.): -Hay una cuestión básica: el nacionalismo es autóctono de cada país. Podemos establecer lazos de hermandad, como corresponde a todos los nacionalistas, pero siempre con el debido respeto a la soberanía propia y a la ajena. Lo que podemos hacer es intercambiar metodologías, analizar las situaciones comunes, proponer políticas, legislación y todo lo que hace a una sana colaboración. Pero no interferir en la acción de la otra nación.

Este es un punto muy delicado. Durante la campaña electoral peruana, Ollanta Humala tuvo un cierto acercamiento a Hugo Chávez, y después de la campaña electoral fue a visitar a Fidel Castro. Si hablamos de nacionalismo, no podemos caer en el Imperialismo Internacional del Dinero que tiene dos vertientes: el poder de las multinacionales y organismos internacionales; y el internacionalismo socialista. Humala se volcó hacia el socialismo marxista, que en su materialismo y lucha de clases impide toda posibilidad de progreso.

Pero a su vez, durante la campaña anunció que Salomón Lerner Ghittis (más conocido como “Siomi”) iba a ser el negociador internacional si el nacionalismo ganaba las elecciones… Cabe recordar que Salomón Lerner Ghitis es un empresario que fue muy cercano a Vladimiro Montesinos, empresario pesquero multimillonario de origen judío; es dueño de la empresa Sindicato Pesquero S.A. (SIPESA), representante de funcionarios de conocida militancia liberal o adicta al poder económico, pues sus finanzas se movían a través de su propio banco, el extinguido Banco del Progreso. Ghitis, es además miembro directivo de la asociación civil Transparencia y fundador del Foro Democrático. Fue en pleno gobierno militar de Velasco Alvarado cuando Siomi abandonó el Apra y se convirtió en gerente general de la Empresa Pública de Comercializacón de Harina y Aceite de Pescado (EPCHAP), un monopolio estatal pesquero donde aprendió a ser “trader” (comerciante intermediario). En el primer gobierno de Alan García (cuya esposa es argentina y prima del vicepresidente de Alfonsín, Víctor Martínez), Siomi formó parte de una élite conocida como “los amigos de Alan”, un grupo integrado por empresarios y funcionarios que participaron en las decisiones más importantes del gobierno aprista. En medios de comunicación también hizo su incursión durante el gobierno de Fujimori, ya que fue presidente de la radio CPN, y entre septiembre de 1997 y marzo de 1998 fue parte del directorio de Frecuencia Latina, canal bajo el control de los hermanos Winter, quienes se hallaban sometidos al Servicio de Inteligencia Nacional de Montesinos. En 1999 el ministro de Economía redistribuyó en el sistema financiero 2 millones 252 mil dólares de fondos públicos en bancos pequeños, entre los que fue beneficiado el Banco del Progreso cuyo presidente era Siomi, quien además fue presidente del directorio de NBK Bank, renunciando a su cargo en julio de 2000 a sólo cinco meses de que la Superintendencia de Banca y Seguros interviniera dicha entidad. Durante el gobierno de Toledo fue presidente de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), encargada de reflotar a todos los bancos del país en crisis, entre los que se encontraba incluso el NBK Bank… Siomi durante mucho tiempo ha formado parte del Consejo Editorial del diario La República de Perú, que es el equivalente a Clarín en Argentina. Bien, ¿cómo se compatibilizan todos estos antecedentes con el nacionalismo? Es como si el nacionalismo argentino se aliara con Beraja como mentor y negociador… un despropósito.

Pero esto es algo que deben resolver los nacionalistas peruanos, no nosotros. Podemos coincidir en el rechazo al Poder Internacional del Dinero, así como a las vertientes materialistas del liberalismo o del marxismo, pero las decisiones y la solución a los problemas son internas.

Quisiera recalcar un detalle más: durante la campaña electoral, Humala perdió las elecciones por la injerencia que tuvo Hugo Chávez en un explícito apoyo a Humala, a la vez que criticaba a Lourdes Flores Nano y a Alan García en el tiempo previo a los comicios. Esto se vio como una minusvaloración y como dependencia de Humala hacia Chávez, ya que si necesitaba apoyo es porque no podía valerse por sí mismo. Esa injerencia supuestamente nacionalista, en realidad fue un agravio a la soberanía peruana.

Nuestro nacionalismo no es xenófobo ni antihispánico. Existen grupos indigenistas que sólo buscan obtener beneficios económicos y rédito político prebendario en la Argentina. Sucede lo mismo en Perú, aunque allí hay grupos que sí pueden ser considerados casi puros racialmente… ¿pero no es esto una especie de racismo? Si hablamos de integración, esta consiste en que todos podamos cumplir con los mismos deberes y gozar de los mismos derechos, y no en disponer diferenciación entre quienes somos iguales en naturaleza. No creo que sea positiva una actitud de rechazo a toda la tecnología y los avances educativos y formativos que trae el mundo actual, en tanto sean humanizados y utilizados en beneficio de la persona y no en su perjuicio. No creo que sea positiva una actitud que presenta al aborigen americano como una persona que no tenía enfermedades, inocente bajo todo punto de vista, y que no cometía males, delitos ni pecados. Nada más lejano de la realidad, y esto ha sido expuesto con crudeza por Mel Gibson en la película “Apokalipto”. Sobre todo, no es bueno cambiar la Verdad de Cristo por los cultos a los astros, a la tierra o por sacrificios humanos.

Históricamente, el primer Estado cristiano fue Armenia, que cambió el paganismo zoroastrista persa por la Verdad de Cristo. Este pueblo lleva orgullosamente más de mil setescientos años de cristianismo, y el mismo incluso se remonta a la prédica de los Apóstoles San Judas Tadeo y San Bartolomé. El mismo orgullo es el que deberían tener los indigenistas de haber abandonado cultos paganos al Sol, a la Luna o a las piedras y de haber encontrado a Jesucristo: Dios que se hizo hombre. La independencia en América tuvo un obstáculo: los indios, quienes consideraban al Rey como un padre a quien no debían traicionar. A su vez, el peor insulto que tenían los indios cuando alguien se comportaba de modo indigno, era: “tú eres un mal cristiano”. Tengamos en cuenta esto, así como el testimonio del indio Juan Diego o de Ceferino Namuncurá a la hora de hablar de los indios.

El comentario viene a colación a raíz de la identidad americana, que es mestiza (mezcla de sangre indígena y española) y católica. Estos son los rasgos que permiten unificar a las corrientes nacionalistas americanas.


A.P.A.: -En nuestro país, ¿el nivel de cooperación entre los distintos militantes del campo nacional es alto, medio o muy bajo? ¿Por qué razones esgrime lo que responde?

E.N.K.: -En Argentina, lamentablemente, hay muchas diferencias de criterios, en tanto que el nacionalismo ha sido defraudado sistemáticamente por quienes se han constituido en líderes. No hay argentino que no busque una Patria soberana y que reconoce a su vez la Soberanía de Dios. Porque el Poder absoluto es de Dios, y jamás potestad de autoridad humana alguna. Los diversos criterios y matices, están produciendo gravísimas distancias entre quienes debieran ser los afines.

Todo esto hace que el nivel de cooperación entre los distintos militantes del campo nacional sea muy bajo, por no decir nulo. Cada cual tiene su pequeño grupo de referencia, pero aislados entre sí. A su vez, al momento de determinadas acciones se actúa aisladamente y sin respaldo en organización alguna. Todo esto afecta al nacionalismo en su presencia social.

En algunos casos, las diferencias se dan por faltas de cortesía históricas, por prejuicios formados porque alguien dijo, hace años ya, tal o cual cosa. Y todo esto alimenta también la división, fundamentalmente por la falta de diálogo.

La Red Patriótica Argentina respeta esta realidad, como un principio de unión. No se pretende la absorción de los distintos grupos, ni se hace competencia con ninguno. Se trata de ir puliendo las diferencias, de dialogar para alcanzar un entendimiento y unificar la acción entre todos.

La tiranía no es posible donde existe la organización. La imagen que actualmente está dando el nacionalismo es deplorable. No hay argentino de bien que no se considere nacionalista (aunque esté errado), salvo que sea un explícito traidor a la Patria. El Nacionalismo es Amor por la Argentina. No profesamos los reprobables nacionalismos xenófobos, chauvinistas, racistas, endiosadores del Estado, de tendencia naturalista, inmanentista o materialista. Buscamos esa unidad de destino en lo universal. Rechazamos la coexistencia en el temor, así como la coexistencia en el error.

El Occidente Cristiano hoy está desplazado a América, pero estamos actualmente en vías de paganización al estilo europeo. Nuestra misión actual, en nuestra condición de herederos de la mentalidad y conducta de vida católica formada por más de 500 años, consiste en cumplir con esta herencia. Muy por el contrario de lo que muchos sostienen, la Doctrina Social de la Iglesia sostiene y alienta el verdadero nacionalismo, e insta incluso a la resistencia a la opresión cuando los gobernantes promulgan leyes inicuas. Cito por ello a título ejemplificativo algunas frases de la Encíclica Sapientiae Christianae, N° 3.

La “Ley natural nos impone la obligación de amar especialmente y defender el país en que hemos nacido y en que hemos sido criados, hasta el punto de que todo buen ciudadano debe estar dispuesto a arrostrar incluso la misma muerte por su Patria”, según establece la Encíclica. Así, la Doctrina Social de la Iglesia nos resalta el justo y sano amor a la Patria (el verdadero nacionalismo). “El amor sobrenatural de la Iglesia y el amor natural debido a la Patria son dos amores que proceden de un mismo principio eterno, porque la causa y el autor de la Iglesia y de la Patria es el mismo Dios. De lo cual se sigue que no puede darse contradicción entre estas dos obligaciones”, dice la referida Encíclica, a la vez que aclara: “sobrevienen a veces circunstancias en que las exigencias del Estado respecto de los ciudadanos contradicen las exigencias de la Religión respecto de los cristianos. La causa de estos conflictos proviene de que los gobernantes, o no tienen en cuenta para nada la autoridad sagrada de la Iglesia, o pretenden que ésta les quede subordinada… Nadie puede servir a dos señores. Cumplir con las exigencias del uno equivale a posponer los deberes del otro ¿Cuál debe ser el preferido? No es lícito dudar. –Es un crimen apartarse del servicio de Dios por agradar a los hombres… Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres”. Tal es la situación que actualmente vivimos. “La autoridad es una cosa sagrada para los cristianos. Aun cuando sea indigno el que ejerce la autoridad, los católicos reconocen en ésta una como imagen representativa de la majestad divina… Pero, si la legislación del Estado está en abierta oposición con el derecho divino, injuria a la Iglesia y contradice a los deberes religiosos, o viola en la persona del Romano Pontífice la autoridad de Jesucristo, entonces en todos estos casos la resistencia es un deber; la obediencia un crimen. Crimen cuyos efectos recaerán sobre el Estado mismo, porque el Estado sufre siempre de rechazo los efectos de toda ofensa inferida a la Religión… Las leyes que injurian a Dios son injustas, y de ley sólo tienen el nombre… es justo desobedecer cuando la legislación positiva contiene preceptos contrarios a la ley eterna de Dios”.

Hoy vemos dolorosa y trágicamente cómo se promulgan leyes no solamente contrarias a los intereses de la Patria, sino incluso contrarias al Orden Natural, a la razón y al sentido común. Eso es opresión y tiranía. Por tanto, es un deber la resistencia a la opresión, que se ejerce del siguiente modo: 1) es necesaria la determinación de las violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales de los ciudadanos desde su concepción hasta su muerte natural; 2) se deben haber agotado todo otro recurso pacífico; 3) no se han de provocar desórdenes peores; 4) se debe evaluar la esperanza fundada de éxito; 5) todo ello si es imposible prever razonablemente soluciones mejores. Tales son las condiciones que el Catecismo de la Iglesia Católica dispone en el N° 2243 para el ejercicio de la resistencia a la opresión de quienes gobiernan, autorizando a recurrir legítimamente a las armas.

Hay muchos laicos católicos e incluso sacerdotes y hasta Obispos que tal vez desconocen las citas que estoy realizando, pero forman parte de la Doctrina Social de la Iglesia, y marcan los deberes de los laicos.

Por otra parte, es necesario el máximo de coherencia posible. Tenemos una mística, que es la mística católica. Tenemos la conciencia de que la Patria está siendo arrasada, de que no somos un país “en vías de desarrollo”, sino de que somos un “país arrollado”. Nos damos cuenta de que somos víctimas de un sistema que se recambia a sí mismo con una sola constante: una cultura materialista marxista y antivida, sumada a una economía liberal que mantiene a toda la población en la indigencia material, moral, cultural y espiritual. Esto es lo que impediremos mediante la acción eficiente. Debemos estar a la altura del conflicto y no discutir por mezquindades. Hay mucha gente esclarecida que debiera poner manos a la obra, o ponerse a disposición de quienes asuman el reto de la hora de la Patria.
Tercera y última parte de la entrevista en la próxima entrega...

No hay comentarios: