En la provincia de Córdoba tuvo comienzo el peor de los golpes de Estado argentinos del siglo XX, y nos referimos al que ocurrió el 16 de septiembre de 1955 contra el gobierno constitucional del teniente general Juan Domingo Perón. Su antecedente lo encontramos en febrero de 1852, una centuria atrás, cuando el brigadier general don Juan Manuel de Rosas es expulsado del gobierno de la provincia de Buenos Aires, el cargo equivalente al que hoy tiene un presidente de la nación. En esos dos acontecimientos se desmoronó el Estado Nación para dar lugar a la decadente colonia que hoy somos, con el peligro inminente de la fractura territorial.
El epicentro de la sinárquica "Revolución Libertadora", decíamos, es la provincia de Córdoba, donde justamente elementos marxistas y liberales ortodoxos mancomunaban posiciones para derrocar el gobierno peronista. Por ejemplo, una fuente liberal sin afinidad alguna con la figura de Perón (diario "La Nación" del 4 de enero de 2009) afirmaba lo que sigue:
"La semblanza que LA NACION había trazado del "Che" Guevara en su edición del 2 de enero [de 1959] debió tonificar el ánimo del almirante Rojas. Decía sobre el guerrillero argentino, en un párrafo de elocuente significación: "...fue uno de los 3000 integrantes del Grupo Monteagudo y, dentro de él, formó parte de Acción Argentina, fuerza de choque dirigida contra el dictador argentino (por Perón).
Varios historiadores han confirmado la pertenencia de Guevara a aquel grupo de existencia clandestina, probablemente modesta en los reales alcances y originada, al parecer, en círculos sociales y políticos de Córdoba...".
Desde septiembre de 1955 hasta enero de 1959, cualquier golpe de Estado surgido en el mundo era tomado como un acto "en contra de las tiranías". Y en el reparto de roles, los derrocados eran "tiranos prófugos", mientras que los asaltantes del poder, "libertarios". Por ende, no fue extraño para la época la absurda comparación de Juan Domingo Perón con Fulgencio Batista, según los canallas marxistas de Cuba y los golpistas liberales de 1955. Sino veamos este párrafo de la nota del diario "La Nación" del 4 de enero de 2009, donde el periodista José Claudio Escribano rememora cómo Buenos Aires celebró el triunfo de Fidel Castro Ruz en Cuba en 1959:
Desde septiembre de 1955 hasta enero de 1959, cualquier golpe de Estado surgido en el mundo era tomado como un acto "en contra de las tiranías". Y en el reparto de roles, los derrocados eran "tiranos prófugos", mientras que los asaltantes del poder, "libertarios". Por ende, no fue extraño para la época la absurda comparación de Juan Domingo Perón con Fulgencio Batista, según los canallas marxistas de Cuba y los golpistas liberales de 1955. Sino veamos este párrafo de la nota del diario "La Nación" del 4 de enero de 2009, donde el periodista José Claudio Escribano rememora cómo Buenos Aires celebró el triunfo de Fidel Castro Ruz en Cuba en 1959:
"Las primeras columnas del Movimiento 26 de julio estaban entrando en La Habana, al mando de Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos, sin encontrar resistencia. (...) A las 3 de la tarde [del 2 de enero de 1959], había en la Plaza San Martín [de Buenos Aires] un número apreciable de gente. Distinguí la presencia de activistas del radicalismo, del socialismo, de la democracia progresista. Pero, por sobre todo, de personas que porfiaban, al cabo de un año y medio del gobierno constitucional de Arturo Frondizi, con las consignas que habían celebrado el advenimiento de la Revolución Libertadora.
La crónica del acto, del ejemplar del 3 de enero, registra así, entre otros detalles, el de la voz anónima que, elevándose por sobre todo lo audible, reclama airadamente, con inconfundible intención: "Cubanos: no cometan el error que cometimos nosotros; extirpen las ratas".
(...)
En la tribuna improvisada en la Plaza San Martín hablaron aquella tarde Alfredo Roldán, por el Movimiento Cívico Revolucionario, y Santiago Salinas, por los cubanos del Movimiento 26 de Julio. Roldán celebró que "el sol de la libertad" argentina del 16 de septiembre de 1955 se hubiera extendido por Colombia, Venezuela, Guatemala y ahora, se ilusionó, Cuba.
Concluido el acto, los manifestantes recorrieron con cánticos Florida y, ya en columna deshilvanada, cruzaron la ciudad para allegarse al domicilio del almirante Isaac Rojas. Vivía Rojas en Austria, a metros de Santa Fe".
En ese momento, sigue expresando la crónica, el almirante masón Isaac Francisco Rojas salió a la calle "para recibir a los manifestantes y expresarles el júbilo que sentía, "de todo corazón, por la epopeya cubana"... No hay más nada que agregar.
OSSORIO ARANA, NI EJEMPLO NI SOLDADO
El plan subversivo para expulsar a Juan Perón del gobierno ya estaba en marcha. El general (R) Lonardi y el coronel (R) Arturo Ossorio Arana, a tempranas horas del 16 de septiembre de 1955 se apoderaron de la Escuela de Artillería de Córdoba, contando con la acción de algunos jefes y oficiales de dicha unidad, quienes lisa y llanamente traicionaron a su comandante, el coronel Turconi.
En su desconocidísima obra "El Precio de la Lealtad" (1959), el Ministro de Ejército de Perón, general Franklin Lucero, describe al amotinado Arturo Ossorio Arana con estos términos:
"Entre otros antecedentes de Ossorio Arana, muy bien conocidos en todo el país, principalmente en las Fuerzas Armadas, cabe recordar que fue pasado a retiro, con el grado de coronel, a raíz de episodios censurables ocurridos en Córdoba y en los cuales apareció con jóvenes oficiales, en diversiones nocturnas que culminaron con desórdenes y la muerte de uno de ellos.
Durante el gobierno "de facto" obtuvo tres (3) grados consecutivos; fue ministro de Guerra, y lo que es más grave, ocupó el cargo de Comandante en Jefe del Ejército, a pesar de existir disposiciones reglamentarias expresas que impedían lo desempeñase quien no fuese Oficial de Estado Mayor. En imprenta este libro, Ossorio Arana aparece en junio de 1959 como protagonista central de una nueva postura insurreccional, unido a otros conocidos conspiradores (Bonnecarrete, Labayru, Toranzo Montero y Fernández Suárez), y se han conocido con estupor en el país, sus "proclamas" dirigidas desde Córdoba, sobre soluciones que configurarían graves infracciones militares".
Por todo esto, es que causa risa -cuando no, lamento- el mausoleo que le fue erigido en su memoria al luego teniente general Arturo Ossorio Arana en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires. Porque hemos estado allí recientemente, queremos hacer públicas algunas impresiones sobre esa tumba denigrante que, además, oculta la memoria de un servidor de la patria federal: hablamos del coronel don Ciriaco Cuitiño.
UNA TUMBA MACABRA
Que los monumentos guardan secretos y significados ocultos, no es ninguna novedad. Su composición, el lugar donde fue emplazado, sus leyendas, todo debe ser observado bajo los síntomas del estudio y la contemplación.
El mausoleo y tumba de Arturo Ossorio Arana reviste esas cualidades: se ve desde lejos, la estatua que representa la Libertad es de bronce, eterna, y una frase torneada sobre el mármol negro, pronunciada por el ilegal ex presidente teniente general Aramburu, aleccionan al curioso visitante de dicho espacio mortuorio. De no saberse quién fue en vida Ossorio Arana, podríamos llegar a creer que se trató de un "salvador de la Patria, la democracia y la libertad"...
La frase de Pedro Eugenio Aramburu dedicada a su camarada golpista dice así:
"Si no estás habituado a mirar de frente el sol de la Libertad.
Si para tí nada significa la dictadura o la democracia.
Si para tí poco cuenta la dignidad de las instituciones.
Si no te abruma con su peso el recuerdo de tantos argentinos que lucharon y se sacrificaron para legarnos una patria digna.
Si temes los riesgos de la Libertad en la obediencia que imponen los déspotas.
Si prefieres que la política se funde en las querellas del pasado y no sobre las verdades que preparan el futuro.
Si creés que el ejemplo de OSSORIO ARANA ha sido en vano y no es capaz de despertar las conciencias dormidas.
¡NO TE PARES ANTE LA TUMBA DE ESTE SOLDADO!
(del discurso pronunciado por el Teniente General PEDRO EUGENIO ARAMBURU el 6 - XII - 968)".
Los familiares de Arturo Ossorio Arana, sabían que dicha tumba se hizo con el siniestro propósito de mutilar la memoria histórica, pues por debajo de los cimientos de aquélla yacen los restos del olvidadísimo oficial de Juan Manuel de Rosas, don Ciriaco Cuitiño.
Estas tumbas tienen una arquitectura de mediados del siglo XIX, y se encuentran a la derecha del sepulcro de Arturo Ossorio Arana, lo cual da una idea que ese sector fue de los primeros que se utilizaron para poner a los difuntos. La fosa de Ciriaco Cuitiño, asesinado en 1853, por lo tanto, estuvo allí hasta que fue tapada por el liberalismo masónico.
Cuando el 6 de diciembre de 1968 fallece, Ossorio Arana es sepultado en la Sección 9, Tablón 55 del Cementerio de la Recoleta. Allí se yergue su tumba, que contiene -como dijimos- una estatua, representando a la Libertad. Según el relato de descendientes del militar Ossorio Arana, debajo de este lugar estaba la fosa común donde fueron arrojados los restos de Ciriaco Cuitiño. Incluso comentó cierta vez el Comandante General (R) Manuel Víctor Scotto Rosende, de Gendarmería Nacional, que cuando era chico acompañó varias veces a su abuela a visitar una tumba sin identificaciones, solamente adornada con una pobre glicina. Ella misma le dijo que allí estaba enterrado Ciriaco Cuitiño. Era, dijo entonces Scotto Rosende, el espacio donde hoy yacen los restos y el mausoleo del Coronel Ossorio Arana.
El relato de la abuela del gendarme Scotto Rosende coincide fehacientemente si echamos un vistazo a las tumbas que rodean a la de Ossorio Arana. Son bóvedas de muy fácil identificación con la época de la Santa Federación por la antigüedad de las mismas. En una se lee: "SEPULCRO DE LA FAMIGLIA DE BERNARDO PATRONE. MORTO IL 30 DE MAGIO DE 1865". En otra placa de otro sepulcro, dice así: "PERTENECE A LA FAMILIA DE DON FRANCISCO RUFINO" (la imagen de este último sepulcro aparece en otra de las imágenes aquí expuestas. Véase el descascaramiento y el trabajo que posee el enrejado, de añeja factoría).
Bien podemos decir que donde está enterrado el golpista Ossorio Arana, cuya tumba es una tremenda usurpación a la memoria del pueblo argentino, es uno de los sectores más antigüos del cementerio de la Recoleta, y que para 1853 (año en que fusilan al coronel Cuitiño), dicho cementerio no estaba tan extendido como hoy lo conocemos. La parcela de la discordia está sobre el primer pasillo paralelo a la entrada central del camposanto. Ni bien se entra, hay que girar hacia la derecha y caminar, hasta llegar casi al paredón que limita con la Iglesia del Pilar. La figura de la Libertad del mausoleo con los restos de Arturo Ossorio Arana, salta a la vista.
¿Por qué taparon el descanso eterno del coronel y uno de los jefes de la Mazorca (o Más Horca) que actuó en la Confederación Argentina rosista? Por las imágenes volcadas en esta nota, el teniente general Ossorio Arana no merece siquiera tener la mitad de la parcela que la historiografía oficial le ha legado. En la gran muralla que corteja a la figura de la Libertad, se puede leer como una hazaña sanguinaria la inscripción "CORDOBA. 16 SETIEMBRE 1955". Y del lado derecho de la estatua, en relieve, se visualiza la balanza con platillos (símbolo de la Justicia, algo que, a nuestro entender, le faltó a Ossorio Arana).
Sería recomendable difundir esta historia y asistir, cada 28 de diciembre, al lugar preciso donde descansan los restos de Ciriaco Cuitiño para homenajearlo. Como también sería conmovedor poder reivindicar a ese otro gran olvidado de la historia patria como lo fue el coronel Martiniano Chilavert, cuyo sarcófago está en la bóveda de la familia Argüello bajo las sombras húmedas de la desmemoria. Será Justicia.
2 comentarios:
Una verguenza! encima los ilusos "patriotas" de la revolución libertadora cantaban su "Marcha de la Libertad" con loas a la nación Argentina y mencionaban a Dios mientras iban de la mano junto a zurdos, masones, radicales y demás cerdos liberales...y hablaban de la segunda tiranía invocando la línea Mayo-Caseros...ridículo, pero esto lo tiene que saber todo el mundo cueste lo que cueste y caiga quien caiga...LA VERDAD SIEMPRE VENCE.
¡VIVA EL GENERAL PERÓN!
¡VIVA LA PATRIA!
LXXI ENCUENTRO REGIONAL DE HISTORIA BONAERENSE
LANÚS
25 y 26 de Septiembre de 2009
Instituciones Organizadoras
Banco de la Provincia de Buenos Aires - Coordinación de Políticas Culturales
Archivo y Museo Históricos - Cátedra "Dr. Arturo Jauretche"
Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires
Archivo Histórico "Dr. Ricardo Levene"
Instituto Nacional de Investigaciones Históricas
"Juan Manuel de Rosas"
Instituto Superior del Profesorado “Pbro. Dr. Antonio M. Sáenz” – Lomas de Zamora
Programa
HACIA EL BICENTENARIO DE MAYO
Viernes 25 de Septiembre
19.00 hs. Inscripción. Entrega de documentación.
19.30 hs. Apertura del LXXI Encuentro Regional de Historia Bonaerense.
Dr. Roberto Fernández Cistac – Lic. Luis Oscar Buján
-In Memoriam-
20.00 hs. Primera Ponencia
" Proemio Fundacional de la Patria emancipada"
Lic. Carlos Pesado Palmieri
20.45 hs. Receso
21.00 hs. Segunda Ponencia
"Grupos Políticos y Sociales en Buenos Aires hacia 1810"
Dr. Sandro Fabricio Olaza Pallero
Sábado 26 de Septiembre
09.30 hs. Tercera Ponencia
"La Realidad Internacional en vísperas de Mayo"
Dr. Enrique Arturo Bonomi
10.15 hs Receso
10.30 hs. Cuarta Ponencia
"La Soberanía Nacional de Mayo a Caseros"
Dr. Omar Kraiquer
11.15 hs. Acto de Clausura del LXXI Encuentro Regional de Historia Bonaerense.
12.00 hs. Entrega de Certificados a los asistentes.
Sede del Encuentro
Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Lanús – Sarmiento 1713
(Esquina de Tucumán y Sarmiento) Lanús Este.
Informes e Inscripción
Instituto Nacional de Investigaciones Históricas «Juan Manuel de Rosas» Te.: 011-4375-5669
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